miércoles, 8 de abril de 2015

RAND PAUL SE LANZO A LA PRESIDENCIA DE EE.UU. Hijo del liberalismo

Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
Prometiendo devolver a Estados Unidos “los principios de libertad y gobierno limitado”, el senador de Kentucky Rand Paul lanzó ayer su candidatura a la nominación presidencial republicana, con la esperanza de convertir su marca de doctrina libertaria en una causa que una a los conservadores en todo el partido.
Paul, de 52 años, un oftalmólogo de profesión, es sólo el segundo contendiente que se presenta formalmente. Pero pareciera que se ha postulado siempre. Era un importante asesor entre bastidores durante la dos postulaciones quijotescas de su padre Ron Paul a la Casa Blanca en 2008 y 2012 y logró su ganadora campaña al Congreso en Texas en 1996. Cuando fue elegido para el Senado en 2010, se daba por sentado que Rand pronto lanzaría su propia opción, utilizando y expandiendo la potente organización de base de su padre. Durante tres años consecutivos, de 2013 a 2015, ganó el sondeo anual de CPAC, la Conferencia de Acción Política Conservadora –prueba de sus sólidas credenciales conservadoras–.
CPAC, sin embargo, fue la parte fácil. Paul se enfrenta ahora al clásico dilema del candidato: cómo seguir siendo fiel a sus principios, al tiempo que amplía su atractivo a otras secciones del partido. O, dicho de otra manera, ¿cómo conservar el entusiasmo de los partidarios de su padre mientras se diferencia lo suficiente como para atraer a otros conservadores que consideran a su pariente como un excéntrico extravagante?
El dilema está evidentemente en la misma coreografía del anuncio formal de Rand Paul, frente a una ruidosa multitud en un salón de un hotel en Louisville, Kentucky. Su padre, de 79 años, agasajado como un héroe cuando entró en la habitación, estaba en el escenario, pero no habló. Sin embargo, su sombra se cierne sobre la campaña naciente del hijo. Un libertario descarado, un aislacionista virtual que quería que el gobierno estuviera fuera de los asuntos públicos y personales por igual, Ron Paul atrajo seguidores fanáticos de credos parecidos. Pero a pesar de algunos fallidos, nunca ganó una elección primaria y nunca fue un factor importante en la carrera republicana. Nadie lo sabe mejor que Rand Paul.
Las hebras de doctrina libertaria permanecen. El propone menos impuestos y gastos y critica a la Reserva Federal (su padre realmente quería abolir el banco central). Cautelosamente apoya la legalización de la marihuana y criticó amargamente el espionaje “ilegal” llevado a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional, lo que sugiere que el denunciante Edward Snowden debe ser tratado con indulgencia.
Pero en la política exterior, sus opiniones están cambiando para reflejar la creciente línea dura de todo el Partido Republicano, sobre todo después de la aparición del Estado Islámico (EI). El purista que se opuso a las intervenciones extranjeras y la construcción nacional de los Estados Unidos (y que por una vez usó anticuadas tácticas dilatorias durante trece horas en el Senado contra el uso de aviones no tripulados) propone ahora un aumento de 190 mil millones de dólares en el gasto del Pentágono e insta a una acción más enérgica contra el EI.
Al mismo tiempo, Paul se está posicionando como un “conservador con rostro humano”. El cortejó a las comunidades pobres del centro de la ciudad y visitó las universidades negras y llamó a poner fin a las penas de prisión obligatorias severas. Estas incursiones harán poca diferencia en las primarias, pero podrían ser vitales para atraer a los votantes centristas e independientes en las elecciones generales.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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