jueves, 16 de abril de 2015

Por Werner Pertot Primero parecía un coloquio académico, pleno de buenos modales. Pero la interna más feroz del PRO emergió por momentos en el debate que sostuvieron Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta en la señal de cable Todo Noticias (TN). El apuntó a mostrarse como gestionador, ella a señalar las diferencias entre “gestionar y gobernar”. Pero el golpe de efecto llegó literalmente al final del programa, como en las buenas series. Larreta le pidió al aire al senador Diego Santilli que lo acompañe en la fórmula como candidato a vicejefe porteño, con lo que se ganó el aplauso de la tribuna de ministros macristas. Cuando se recuperó del golpe, Michetti aclaró que ya sabía que el Colorado lo iba a acompañar, aunque no se imaginaba que iba a ser allí que se lo propusiera. Sin la presencia de Mauricio Macri –que prometió ver el debate por televisión–, los dos candidatos del PRO llegaron al programa A dos voces en TN con minutos de diferencia. Ella, con una blusa roja llamativa. El, más discreto, con saco y sin corbata. Durante el debate, fueron pocos los momentos en los que se interrumpieron o discutieron. La estrategia de Larreta pareció ser “robarle” los temas que ella tenía preparados y señalar que él trabaja con los funcionarios que acompañan la candidatura de ella. Michetti intentó enredarlo sobre el final con una diferencia sobre el liderazgo, pero el jefe de Gabinete no mordió el anzuelo. Cuando uno de los conductores del programa señaló que era el clásico del PRO, Larreta recordó los equipos de fútbol de cada uno: “Racing-Independiente”. Un chiste para distender, aunque a ambos se los veía nerviosos. En el primer bloque (relación Ciudad-Nación), Larreta puso énfasis en la gestión (“trabajo con Mauricio hace ocho años, me tocó coordinar todos los proyectos, y también en los momentos difíciles”), mientras que Michetti se diferenció del pasado político de su adversario: “El PRO es el único partido en el que participé”. Los dos se imaginaron a Macri como presidente. Michetti hizo énfasis en el combate del narcotráfico y propuso un sistema federal. “Gracias, Gabi, coincido con esa preocupación, pero sería más amplio: en todas las reuniones con vecinos me sacan el tema de la inseguridad. Los dos tenemos hijos y cuando salen es un drama”, afirmó Larreta, que prometió llevar la Metropolitana a todos los barrios “con Guillermo” Montenegro. Y, de paso, anunció: “Voy a pedirle a Mauricio que nos pase la responsabilidad del gas, la luz y el agua”. Michetti volvió al eje del narcotráfico y propuso duplicar las cámaras de seguridad y extender, desde una perspectiva social, los centros de atención en las villas llamados NIDO. Ese fue uno de los pocos momentos en que rompieron con la estudiada cordialidad: –En esto de los NIDO coincido con Gabriela... –dijo Larreta. –Decí de quién fue la idea –lo toreó ella, que es la autora. –Son de un equipo. Todas las ideas las trabajamos en equipo –retrucó él. Larreta intentó llevarla de vuelta a los temas de la ciudad y hubo un murmullo cuando ella lo evadió e intentó pedirle definiciones nacionales. El segundo bloque (desarrollo social e inseguridad) se perdió en un mar de coincidencias. “Todo lo que dice Horacio, coincido”, decía ella cuando Larreta aprovechó para hablar sobre el trabajo de la Sechi, que conduce Marina Klemensewicz, que apoya a Michetti (al igual que Montenegro). “No voy a repetir, porque tenía la misma propuesta”, afirmó Michetti cuando Larreta habló de los programas de Alquilar se puede y Primera Casa. Las coincidencias los indiferenciaron hasta que promediaba el tercer bloque (desarrollo urbano). Ella indagaba en conceptos más globales, él se centraba en datos concretos. Larreta prometió ocho metrobuses más, un tiempo de espera del subte no mayor a tres minutos y aire acondicionado en todos los vagones. Ella habló de 78 plazas más. El momento más candente llegó sobre el final, cuando ella le pasó factura por no haber aceptado su propuesta de hacer 15 debates en las 15 comunas. “Una cosa que me hubiera gustado y no sé por qué no pudimos hacer. Tenemos prioridades desarrolladas en cada comuna con el Plan Buenos Aires 2030. Lo podríamos haber charlado en cada comuna”, dijo Miche-tti, mientras mostraba una de las 15 cartulinas que había preparado sobre el tema. Larreta, a su vez, mostraba el libro del plan BA 2030. Michetti planteó que eso era “lo que diferencia a un gobierno de una gestión. Cuando uno gobierna tiene que poner el norte. Los franceses dicen, cuando andás en bicicleta: ‘Levanta la mirada del piñón’. Y esto es lo que quería hacer con Horacio en cada comuna”. –Desde que empecé la gestión, prefiero ir a escuchar a los vecinos tres veces por semana. –Acá hubieran escuchado –lo interrumpió ella. –Son modalidades diferentes –la esquivó él. “Los proyectos que Horacio cuenta son del equipo del PRO. La gente tiene que mirar en nosotros dos cuáles son las condiciones de liderazgo diferentes que tenemos. ¿Vamos a dar la lucha contra el juego, contra el narcotráfico, contra la corrupción?”, le preguntó. Larreta hizo una finta para no contestar esa estocada: “Surgió la primera diferencia de la noche –advirtió–. Además de una lista de proyectos, se requiere conocerlos y haber escuchado a los vecinos. Son visiones diferentes y está todo bien”. Michetti volvió a la carga: “Yo también recorrí la Ciudad y el equipo del PRO puede trabajar con los dos. Acá la discusión es la Argentina que vamos a encarar. Los gobernadores vamos a tener que tener una altura política... No digo que no la tengas...”, sugirió ella. “Volvemos a coincidir. Yo creo, sin embargo, que tenemos que contarle a los vecinos los proyectos concretos”, volvió a eludir Larreta. Una chicharra marcó el final del tiempo y Michetti se quejó: “Una vez que se ponía linda la cosa”. Sobre el final, Larreta tuvo su oportunidad para contragolpear cuando nadie lo esperaba. “Quiero agradecer a Gaby. Y quiero pedirle a mi amigo Diego Santilli que me acompañe como vicejefe de Gobierno”, anunció. Lo cubrieron de aplausos. Incrédula, Michetti tardó en comenzar su cierre. El golpe de efecto final había sido del jefe de Gabinete.

Por Raúl Kollmann
La causa por la muerte de Alberto Nisman entra en etapa de definiciones con tres momentos decisivos. La fiscal Viviana Fein convocó a una nueva inspección ocular de criminalistas para el próximo jueves 23 en el baño del departamento de Nisman para determinar la posible mecánica de la muerte del fiscal: si estaba parado o arrodillado, cómo cayó y otros elementos decisivos en la polémica homicidio-suicidio. Cuatro días más tarde, el lunes 27, se hará la junta médica para establecer la hora de la muerte de Nisman, un dato clave que también incide en esa polémica. Y en los primeros días de mayo estaría la pericia de celulares y computadoras que permitiría marcar los horarios en los que Nisman aún estaba con vida. Ayer, dos médicos más, que intervinieron en la noche de la muerte del fiscal, declararon judicialmente que la puerta del baño estaba casi cerrada, obstruida por el cuerpo del fiscal, lo que impedía el ingreso o egreso de una persona. Esos testimonios suman a la hipótesis del suicidio, la que hoy se va imponiendo en la causa judicial.
- Mecánica. En la inspección ocular del 23 participarán el criminalista designado por Arroyo Salgado, Daniel Salcedo; el que nombró Maximiliano Rusconi, defensor de Diego Lagomarsino, Luis Olavarría, y cuatro peritos oficiales, dos criminalistas, un balístico y el médico legista de más trayectoria en la Policía Federal, Alfredo Sapag, titular de cátedra en la Universidad de Buenos Aires. El objetivo es determinar cuestiones que tienen que ver con la mecánica de la muerte de Nisman: si el fiscal estaba parado o arrodillado, en qué lugar del baño, cómo cayó, por qué el arma quedó bajó el hombro, por qué la vaina quedó entre las piernas del fiscal y, sobre todo, por qué hay sangre en los lugares donde se encontró la sangre. Dos de los peritos oficiales son justamente especialistas en proyección de la sangre. Esa inspección ocular será de máxima importancia para determinar si en el baño hubo una tercera persona o no.
- Puerta. Ayer hubo dos declaraciones importantísimas que sostienen otra prueba que respalda la hipótesis del suicidio. Los dos médicos que estuvieron en el baño la noche de la muerte del fiscal, la médica legista Gabriela Ester Piroso y el profesional de Swiss Medical José Raúl Carrera Mendoza, coincidieron en que la puerta estaba casi cerrada: “No pude abrirla mucho porque la cabeza estaba del lado que yo trataba de abrir y si empujaba mucho le iba a doblar el cuello”, señaló Carrera Mendoza. Piroso fue aún más precisa: sostuvo que Nisman estaba decúbito dorsal, que significa boca arriba, y sostuvo que “el paso era inaccesible para una persona”. Un tercer testimonio, el del martes de Sara Garfunkel, madre de Nisman, también fue contundente: la puerta del baño estaba cerrada. El custodio Armando Niz empujó un poco, lo que le permitió mirar y ver al fiscal muerto y que ella también pudo mirar apenas por esa abertura.
En la hipótesis de un homicidio, el supuesto asesino debió salir y dejar el cuerpo del fiscal bloqueando la puerta. Para lograrlo debió usar una soga, un alambre, para mover el cuerpo contra la puerta, lo que hubiera dejado marcas. Fuentes de la fiscalía relataron que la sangre en el baño estaba seca y era abundante, lo que hubiera hecho evidente cualquier arrastre. También confirmaron que no hay pisadas de sangre en ningún lugar del departamento. Esto último no sólo fue verificado por los peritos oficiales, sino también por los de Arroyo Salgado. Todo apunta a que no hubo otra persona en el baño, pero habrá que verificarlo con el estudio criminalístico.
- Pistola. El hallazgo de la Bersa calibre 22, propiedad de Nisman, en la baulera del edificio donde vive Sara Garfunkel, provocó ayer un duelo entre Sandra Arroyo Salgado y la fiscal Fein. La ex esposa de Nisman dijo que ese hallazgo “cambia todo”. La fiscal Fein, en cambio, afirmó que “no cambia nada”. Lo que sugiere Arroyo Salgado es que si Nisman tenía una pistola, no necesitaba pedir otra, algo que sí ocurrió según testimoniaron Lagomarsino y el custodio Rubén Benítez. Arroyo Salgado dice tácitamente que Lagomarsino y Benítez mienten y que fueron parte del plan homicida. En el caso de Lagomarsino sería bastante torpe: si participó del asesinato, no tiene lógica que haya dejado una pistola a su nombre en el baño. A la pregunta de por qué Nisman habría pedido una pistola prestada si tenía una, hay dos respuestas evidentes. La primera: no tenía el arma a mano; estaba en casa de su madre, lo que implicaba pedirle la llave de la baulera y darle alguna explicación; no parece imposible, pero era un obstáculo. Según contó Garfunkel, la Bersa seguramente quedó allí desde 2012, cuando Nisman se fue a vivir al departamento de su madre después de separarse de Arroyo Salgado. El arma estaba en una caja, envuelta en un paño y con la habilitación de 1993, la única vez que hizo el trámite. La segunda razón es más trascendente: el arma de la baulera no tenía proyectiles. Se revisó todo el lugar y no había ningún cartucho. De manera que era un arma que no podía usar porque, además, Nisman no tenía permiso de tenencia ni portación, por lo cual no podía comprar proyectiles.
De manera que si Nisman quería quitarse la vida mediante un disparo, no tenía ese sábado otra alternativa que pedir el arma prestada. Lo que se evidencia por las llamadas es que el fiscal estaba muy ansioso. Lo mandó a Lagomarsino desde Puerto Madero a su casa en Martínez a buscar la pistola. Cuando el técnico se demoraba lo llamó para ver qué ocurría. Lagomarsino le explicó que no quería sacar el arma en presencia de su esposa. Después, Nisman le hizo llevar el arma a Le Parc ese mismo sábado a las 20. Puede ser que Lagomarsino haya mentido sobre toda esa historia, pero las cámaras de los peajes y las llamadas certifican su relato. La versión es sólida, a menos que aparezcan pruebas en contrario.
Según trascendió ayer, la fiscalía investigó si existe alguna relación entre Lagomarsino y Benítez, los dos hombres que dicen que Nisman les pidió prestada un arma. Por lo que se determinó hasta ahora, no hay llamadas entre ellos ni testimonios que señalen algún vínculo. Sin embargo, Fein insistirá con esa pesquisa. Nuevamente, si ambos fueron parte de un supuesto plan criminal, no encaja el hecho de que haya quedado en el baño la Bersa 22 que Lagomarsino tiene inscripta en el Renar. Era como ponerle el sello del nombre y el apellido a ese crimen.
- Médicos. La hipótesis de Arroyo Salgado es que Lagomarsino fue parte del plan homicida y que la ejecución se produjo el sábado a la tarde o al anochecer, cuando el técnico informático estaba en el departamento de Le Parc, según él mismo testimonió y se acredita por las cámaras del edificio. La autopsia oficial, firmada por el forense Héctor Di Salvo, pero teniendo al lado a uno de los mayores expertos en autopsias, Fernando Trezza, y al decano del Cuerpo Médico Forense, Luis María Godoy, estableció la muerte en la media mañana o mediodía del domingo; mientras que los dos forenses de Arroyo Salgado, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, son los que afirman que las conclusiones de esa autopsia están equivocadas.
Fein fijó –tras largas objeciones de Arroyo Salgado– que se haga el 27 de abril la junta médica que debatirá todos los temas relacionados con la autopsia: la hora de la muerte, si hubo agonía o no, si hubo movimiento del cuerpo. Participarán Di Salvo, Trezza, el titular de la Morgue, un cardiólogo, un neurólogo y la médica legista Piroso, todos ellos por el lado oficial. Por parte de Arroyo Salgado, estarán Raffo y Ravioli, y por la defensa de Lagomarsino, Mariano Castex. La coordinación estará a cargo del decano Godoy. Como se sabe, los integrantes del Cuerpo Médico Forense dependen de la Corte Suprema.
- Informática. Recién en los primeros días de mayo se concluirá la pericia de celulares y computadoras. Está a cargo de la Policía Metropolitana y se adoptó un método más que lento: las cosas deben pasar primero por las manos de la jueza Fabiana Palmaghini, que es la que decide qué material es parte de la intimidad del fiscal y qué material es imprescindible para la causa. Según trascendidos, Nisman utilizó su celular y su Nextel hasta pasadas las 23 del sábado, lo que dejaría muy debilitada la hipótesis de Arroyo Salgado.
- Final. La fiscal Fein y su secretario desde hace 16 años, Bernardo Chirichela, consideran que la causa Nisman es la más importante que han tenido en su larga trayectoria. Es un secreto a voces que Fein se jubilará cuando termine este caso y lo considera un enorme desafío personal. A quien la quiera escuchar, le dice que no cerrará este expediente con el rótulo de muerte dudosa. “Trabajaré todo lo que sea necesario para esclarecer el caso. Voy a juntar las pruebas y llegaré a una definición”.

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