miércoles, 4 de marzo de 2015

Por Hernan Dearriba Una extraña autocrítca

Ricardo Lorenzetti es el presidente de la Corte Suprema de Justicia y, como tal, la cabeza del poder del Estado encargado de administrar justicia. Desde ese sillón, Lorenzetti reclamó ayer en la apertura del año judicial, el fin de la impunidad para las víctimas de episodios tan luctuosos como el atentado a la AMIA, la tragedia de Once y también para el fiscal Alberto Nisman.
¿A quién le habló ayer Lorenzetti? ¿Quiénes eran los destinatarios de ese mensaje? ¿Los fiscales encargados de investigar son quienes deben terminar con la impunidad a la que hace referencia Lorenzetti? ¿O son los jueces responsables de dictar sentencia quienes tienen la responsabilidad de poner fin a ese flagelo?
“Hay que terminar con la impunidad, las víctimas esperan una actitud más madura”, planteó el presidente de la Corte. Los integrantes de Memoria Activa, familiares de víctimas del atentado a la sede de la AMIA, no llegaron a escuchar ese pasaje del discurso. Se fueron luego de que los organizadores les comunicaran que deberían seguir el acto por pantalla gigante desde el patio.
Más tarde cuestionaron en público. Diana Malamud fue clara: "Nos dijeron que nos teníamos que quedar en el patio. El tema es el lugar que se le da a los familiares de las víctimas."
No hay ningún argentino bien nacido que no pueda coincidir con la necesidad de encontrar Justicia para las víctimas. Para las de la AMIA, para las de Once y para todas las demás. Es imperativo para que la sociedad pueda vivir sin miedo, ese miedo al que hizo referencia ayer Lorenzetti.
El problema es la utilización política de las víctimas, o que el responsable de conducir el Poder Judicial que debe investigar, reclame el fin de la impunidad. Sin dudas se trata de una extraña autocrítica. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario