sábado, 14 de marzo de 2015

La unidad, o acerca de una tradición plebeya y “peruca”


Por Víctor DucrotDecía el otro día en el Conurbano profundo "el Beto" Solas, militante peronista y concejal de Lomas de Zamora por el FPV: "Tenemos que ganar y para hacerlo vamos a ajustar todos los tornillos que tengan que ver con la unidad y con la historia del peronismo, no podemos ser funcionales a quienes se nutren de nuestras propias vísceras, tenemos que ser humildes y dejar de lado los intereses individuales. Hay sectores que juegan a perder, nosotros jugamos a ganar. Este es el camino y este es el modelo, y Cristina es la conducción. No hay ningún interés individual que supere al colectivo." Directo como un recto a la mandíbula y no hay que extrañarse, puesto que ese estilo es propio del lenguaje político y literario de los argentinos; si hasta Esteban Echeverría –para el fallecido David Viñas fundador de la narrativa argentina con El matadero–, indubitable exponente de la Ilustración a la criolla que devino en argumento de la Argentina liberal oligárquica, escribió una vez en su Apología del matambre y para burlarse de ciertos refinamientos que no entendían de realidades trepidantes: Un extranjero que ignorando absolutamente el castellano oyese por primera vez pronunciar, con el énfasis que inspira el nombre, a un gaucho que va en ayuno y de camino, la palabra matambre, diría para sí muy satisfecho de haber acertado: este será el nombre de alguna persona ilustre, o cuando menos el de algún rico hacendado.
Sin miedo a las palabras directas, publica Tiempo Argentino, Solas recogió lo que suena cada vez más ruidoso desde que el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto llamó a la unidad del peronismo y del kirchnerismo, a la vez que alertaba sobre algunos actores y ciertas tendencias en el propio FPV que parecerían desentenderse de aquello que la historia misma indica como necesidad vital para todo movimiento nacional y popular: llenar la urnas para garantizar la instrumentación democrática del Estado como herramienta transformadora y aglutinadora de consensos, pero haciéndolo desde la política como puesta en práctica de las voces y las identidades múltiples y diversas, y hasta a veces en conflicto, dentro de las grandes mayorías; y no desde la cooptación burocrática del aparato público, una perversa herencia del concepto gerencial de lo público, argumento de cuño neoliberal.
Aquella convocatoria entusiasmó a muchos intendentes, sujetos políticos con auténtica incidencia en los territorios; entre ellos a dos de mucho peso, como el de Avellaneda, Jorge Ferraresi, quien dijo "los compañeros van entendiendo que a los primeros lugares tienen que ir los que mayor posibilidades tengan de ganar. Mariotto lo entiende de esa manera (…). Cada uno tiene que ir al lugar que mejor pueda expresar y representar, por lo que Daniel Scioli tiene muchas chances de ser el candidato a presidente". En tanto, su homólogo de 3 de Febrero, Hugo Curto, consideró: "No me extraña que el vicegobernador haga este llamado a la unidad del peronismo. Creo que en la medida en que todos tiremos para el mismo lado vamos a seguir llevando adelante este proyecto de país que se vive día a día."
Analistas y encuestadores también reaccionaron: "Es importante la unidad si el peronismo quiere seguir gobernando (…). Tener una elección polarizada entre Scioli y Mauricio Macri hoy en día es una posibilidad (…) Scioli gana ampliamente las elecciones a presidente en la Provincia (…). El llamado a la unidad que propone el vicegobernador es fundamental para asegurar que el peronismo continúe en el gobierno". Analía del Franco estimó: "La propuesta de unidad del peronismo es una opción válida de cara a las elecciones presidenciales, teniendo en cuenta que el candidato más fuerte del FPV es Daniel Scioli, quien mantiene una diferencia por encima de Florencio Randazzo (…). En las generales Scioli concentra el 38% del caudal de votos."
Y, dato a considerar, opinaron entusiasmadas algunas figuras de mucha relevancia pública. Alejandro Dolina dijo: "Hay gente que no puede realmente pensar en un trabajo político y social si no es poniendo personalmente el cuerpo; ahí lo ubicó al vicegobernador (…). Lo escuché hablar y la verdad que te emociona." El legendario periodista deportivo Miguel Ángel "Tití" Fernández usó una metáfora futbolera para comparar al titular del Senado provincial –sobre quien el gobernador Scioli dijo por TV y para responderle a los críticos de adentro, "mi vice fue el impulsor de la Ley de Medios"–, y consideró: "Es un luchador que va al frente; es uno de esos tipos que siempre querés tener a tu lado porque sabés que te van a defender los porotos."
Para el final una cuestión que prometo retomar muy en breve, puesto que con su ensayo podrían surgir algunas reflexiones en torno al debate por la unidad del peronismo y del kirchnerismo que excede al de la sumatoria de precandidaturas; toda vez que poco sentido político tiene asumir que esa multiplicidad obedece sólo a ambiciones personales. No creo que resulte muy arriesgado plantear que en el FPV conviven al menos dos modelos, lo cual no debe asustar a quienes nos asumimos como parte de ese espacio, una construcción frentista: una propuesta está enraizada en la tradición plebeya y del dialéctico tumulto peronista en tanto "hecho maldito", que sabe de dolores y por eso de urgencias por la unidad; y la otra, con matices liberal burgueses, podría ser definida como cierto proyecto de centro izquierda, lo que alguna vez intentó denominarse tercer movimiento histórico, pero en esta oportunidad con iconografías y rituales "perucas".
Cada vez que el movimiento popular registró un retroceso, los contingentes plebeyos del tumulto peronista pasaron a ser víctimas sistémicas de las restauraciones oligárquicas, a la intemperie y sin las protecciones del "armado" y el reciclaje, pues la multifacética clase trabajadora del siglo XXI sigue contando sólo consigo misma; por lo tanto esa alternativa clama por la unidad y los argumentos de triunfo electoral más concretos. Por el otro lado, y al menos por estas tierras, hasta la mejores intenciones de centro izquierda o "progresistas" confían más en los nudos engañosos de la política, hasta en ensueños opositores, y por consiguiente a veces hasta apuestan por la derrota; en una palabra siguen influenciados por aquella Ilustración a la criolla, de foto fija, de mueca congelada. La seguimos.

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