lunes, 8 de diciembre de 2014

Un black friday para los fierros Por Jordi Barbeta

Hubo empujones el viernes por la mañana en casi todos los centros comerciales de Estados Unidos para aprovechar las rebajas del black friday, la jornada hiperconsumista posterior al día de Acción de Gracias en el que buena parte de los estadounidenses aprovechan para comprar los regalos de Navidad a buen precio. Y a tenor de las estadísticas –del FBI– este año los regalos más populares no serán las smart TV o la ropa de Urban Outfitters. Lo que, en proporción, tuvo más venta, lo que marcó el récord y Santa Claus va a repartir estas Navidades son... ¡armas de fuego! Los estadounidenses compraron 175.000 armas en un solo día, superando la cifra del año pasado (144.000)

Papeleo aparte, vender armas en Estados Unidos no es muy distinto a vender electrodomésticos, así que las armerías no iban a ser menos que el resto de establecimientos y rebajaron sus productos: pistolas, fusiles, ametralladoras y, por supuesto, también las municiones, con ofertas hasta del 70% y las ventas, nunca mejor dicho, se dispararon. Los hipermercados, que igual venden víveres, electrodomésticos o ropa se movilizaron. A las cinco de la madrugada, unas 600 personas hacían cola en Cabela’s porque ofrecía premios a los primeros compradores, como por ejemplo un rifle Browning de 529 dólares. La cadena Wal-Mart ofreció un 20% de descuento en todas las armas de fuego desde el viernes hasta el domingo, incluidas primeras marcas como Colt o Mossberg. La cadena Bass Pro ofrecía descuentos de entre 70 y 200 dólares en la compra de armas automáticas.

En Estados Unidos la tenencia de armas se considera un derecho que forma parte de la libertad individual. Obama, como tantos otros presidentes, ha intentado restringir el acceso a las armas de fuego, pero no ha podido con la enorme influencia en el Congreso de la Asociación Nacional del Rifle. Lo único que se consiguió en 1998 fue introducir en la ley de Prevención de la Violencia la obligación de un trámite para que el FBI pueda comprobar si el comprador del arma tiene antecedentes o ha sufrido algún trastorno mental. El trámite no ha tenido efectos disuasorios importantes porque los estadounidenses compran ahora en un año el doble de armas de las que compraron en 1998.

Las promociones tuvieron tal éxito que superaron las previsiones del FBI, que sólo dispone de tres días de plazo para responder. “Después del tercer día hábil, le toca al vendedor de armas decidir si quiere transferir el arma de fuego”, ha advertido Kimberley Del Greco, jefa del negociado que se encarga de la verificación y que se ha visto desbordado pese a haberse reforzado con personal eventual hasta destinar 500 empleados a comprobar el alud de ventas del black friday. “Procesamos aproximadamente dos solicitudes por segundo y a partir de las 11 de la mañana hasta tres por segundo”, señaló la agente del FBI.

Esta oficina del FBI, con sede en Bridgeport, Virginia Occidental, recaba la información sobre las personas que desean comprar un arma. Kimberley Del Greco se queja de que cuando cualquier desequilibrado provoca una matanza se acusa al FBI de regalar las licencias. “Es difícil conseguir información precisa –dice–, porque los registros estatales carecen de datos sobre convicciones y diagnósticos de salud mental y no actualizan sus archivos”. Sólo en el año 2013, la oficina que dirige Del Greco tramitó 22 millones de solicitudes de armas, pero apenas pudo rechazar el 2%.

07/12/14 Miradas al Sur

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