lunes, 8 de diciembre de 2014

San Perón Sorprendente hallazgo de documental peronista a 41 años de su filmación.

"Como vieron el corto es increíble. Si no se emocionaron, perdónenme, pero es porque están muertos" señaló Fernando Martín Peña, conductor de Filmoteca, luego de difundir una pieza desconocida, conmovedora y elocuente, de cine militante. El pasado viernes, la Televisión Pública, puso al aire un cortometraje cuyo título provisorio y tentativo es "San Perón". En realidad se desconoce su verdadero nombre y la identidad de sus realizadores. Sólo sabemos a ciencia cierta que fue filmado en 1973, entre las elecciones donde salió electo Cámpora y su asunción.
Por Ximena Zabala

El documental, narrado en primera persona, acompaña el quehacer diario de una joven madre peronista de 37 años que tiene 17 hijos. Norma Teresa Cuevas de Aresta se presenta y cuenta cómo hace para sobrevivir cada día en un entorno hostil junto a su inmensa cantidad de hijos que trabajan cirujeando. Norma es pobre, no pudo estudiar lo que hubiera querido, pero es una gran argumentadora. Sueña con la idea de que sus hijos trabajen en una fábrica cuando el peronismo vuelva y explica que fue a votar con ese propósito. Después de más de cuatro décadas sus cuestionamientos y sus ilusiones siguen interpelando. Ella sacude con sus reflexiones que por simples no dejan de ser profundas. ¿Por qué no puede una mujer tener todos los hijos "que Dios le fue poniendo en el camino". ¿Por qué no puede anhelar un futuro distinto y mejor alguien que no baja los brazos?

Este material fue presentado por Carlos Müller, organizador del ciclo de cine Dynamo, quien relató cómo llegó a sus manos. Un amigo suyo, también coleccionista, viajó a Córdoba y compró algunas cosas viejas, una serie de proyectores, ventiladores... y en una lata, "de pizza o de tarta", había un rollo con una inscripción enigmática que decía "San Perón". Allí estaba el corto. Le resultó tan increíble que le ofreció a Müller proyectarlo en el cineclub.

Norma lava la ropa, cocina puchero, ordena a sus hijos en una pequeña mesita al aire libre. Dice que hace frío y que comen sopa cada día. Habita un ranchito de chapa y cuenta que quisiera tener una casa con varias habitaciones porque vive "en el barro y la suciedad, que cuando llueve se hace mucha, porque no tengo un piso de portland o baldosas como quisiera tener". Es difícil escucharla y no pensar en los derechos sociales, no imaginarla con Asignación Universal por Hijo o con un plan de viviendas. Es imposible no pensar en el peronismo, en la historia que le quedaba por vivir, en la dictadura, el neoliberalismo ... el derrotero de las perdidas y las conquistas de las clases populares. Probablemente siga viva, ahora debería tener 78 años. Sin dudas muchos de sus hijos lo están. Es imposible no preguntarse qué habrá sido de sus historias. Y también es complicado dejar de oír su optimismo arrasador: "Porque somos pobres se creen a lo mejor que nos van a llevar por delante, pero están muy equivocados porque yo soy pobre y tengo lo poquito que tengo pero soy muy feliz. Y hay otros que son ricos y no son tan feliz como soy yo con tantos hijos y teniendo la felicidad que tengo".

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