martes, 9 de diciembre de 2014

¿No iba a tirar la toalla?

Miran el rincón esperanzados. Pero nada. Como boxeadores golpeados pero tozudos, vuelven a ponerse de pie y salen a centro del ring. Quieren protagonizar la pelea, les habían asegurado que eran superiores, que el público iba a estar con ellos, que los iban a acompañar y alentar, que el rival estaba cansado, magullado, con ganas de tirar la toalla. Pero no, tiran un golpe al vacío y reciben uno fuerte, en el mentón. Tambalean. Y cuando suena la campana salvadora regresan a su rincón maldiciendo. Miran de reojo si tiran la toalla desde el rincón contrario. ¡Es que eso les habían dicho! Con dolor descubren que el rival está entero, que ni piensa en abandonar y que muy por el contrario está pensando en las peleas que están por venir. Y descubren que tienen algo de miedo.
La introducción pugilística sirve para describir la actualidad de la oposición política. Ven día tras día que el gobierno nacional mantiene la iniciativa política en esta Argentina anticipadamente preelectoral. ¿No iban a tirar la toalla a esta altura del combate? ¿No aparecía en el horizonte un diciembre caliente y conflictivo de cara a una Cristina en retirada?
Miran los balcones de la Casa Rosada esperando ver ondear una bandera blanca. Y siguen esperando.
Cristina cumple siete años de mandato –once del proyecto, contando los primeros cuatro de Néstor Kirchner–, y se mantiene al frente del gobierno sin ceder la iniciativa.
La semana pasada llegó la esperada medida de la excepción del pago de Ganancias para el medio aguinaldo de diciembre. Un anuncio que no resuelve el tema de fondo que es la discusión sobre la elevación del piso de los salarios que pagan ese tributo –si bien, siempre recordemos, afecta a solo un 10% de los asalariados en blanco–, pero que sirvió para desactivar un paro nacional convocado por el sindicalismo opositor. Una medida de fuerza en la que no creía ni el propio Hugo Moyano, pero que el camionero se vio obligado a presentar por la presión de Luis "en diciembre se incendia todo" Barrionuevo y la CTA opositora. El fracaso del último paro nacional lo llenaba de dudas al camionero. Tanto que pareció festejar, aliviado, el anuncio de Cristina. Tanto o más que la CGT que dirige Antonio Caló, que se mostró victorioso en su estrategia de dialogar con el gobierno y conseguir sus objetivos sin amenazas de paros.
Un día después el Ejecutivo volvió a sorprender plantándose en el medio del ring financiero y mostrar al ministro Axel Kicillof anunciando la posibilidad de pagar con casi un año de anticipación los Boden 2015. La City, los reyes del mercado, los economistas apocalípticos y los operadores en favor de una fuerte devaluación no esperaban esto. Los 6700 millones de dólares que se ofrecen a los tenedores de bonos que quieran canjearlos antes de octubre próximo significan casi la mitad de lo que el país debe pagar en concepto de deuda el próximo año. Y Kicillof da una fuerte señal de que los dólares están, que las reservas siguen firmes y que el gobierno puede enfrentar con éxito cualquier intento de golpe devaluatorio en un año electoral.
¿No era que en Economía estaban contando las horas para llegar al 1º de enero y, caída la famosa cláusula RUFO, ir corriendo al despacho del juez Thomas Griesa para negociar con los fondos buitre? ¿No iban a tirar la toalla en los tribunales neoyorquinos? Otra vez parece que no.
Otra vez CFK en el centro de la escena, demostrando iniciativa política en días en los que recibe la décima tapa consecutiva de algunos diarios agigantando las medidas que un juez federal de pronto toma para investigar sus inversiones.
No es casual que en la oposición política y mediática sientan temor ante la sola posibilidad de que Cristina se presente como candidata al Parlasur el año próximo. "¡Lo hace porque busca fueros para eludir la justicia!", gritan sin sentido. Los asusta pensar en las consecuencias del nombre CFK acompañando la boleta del candidato presidencial del Frente Para la Victoria.
"Lo proscribieron a (Juan Domingo) Perón y ahora quieren proscribir a Cristina. La única preocupación es proscribir a la presidenta a cualquier cargo", señaló el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El mismo que participa en la organización del acto del próximo sábado en la Plaza de Mayo, donde el kirchnerismo volverá a demostrar su poder de movilización.
Esa misma Plaza en la que Moyano no se anima a culminar una jornada de paro de actividades, esa misma Plaza en la que la tan promocionada marcha opositora del "14N" no logró reunir a más de mil voluntades. La oposición no logra tampoco posicionarse victoriosa en el centro del ring a la hora de las movilizaciones populares.
No era este el diciembre esperado. El que algunos gurúes les vendieron. Porque lejos de ser el paraíso y que no existan problemas, la Argentina no es el polvorín soñado por algunos opositores. Y tiene un gobierno que asume sin problema el protagonismo en el ring, y la toalla sólo la utiliza para secarse el sudor y volverse a parar en el centro de la escena.

¿No iba a tirar la toalla?

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