jueves, 18 de diciembre de 2014

“Mientras haya capitalismo e imperialismo, la lucha seguirá”

Anticipándose a la llegada de los demás Jefes y Jefas de Estado de la región, el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia aterrizó ayer en Paraná, con una agenda cargada de actividades.
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Por Pablo Russo - Desde Paraná
Por la mañana, la seguridad de la Cumbre esperaba a Evo Morales en el Puerto Nuevo, a bordo del catamarán que la Municipalidad de Paraná puso a disposición de los visitantes y periodistas para que admiren nuestra ciudad desde el río. Pero Evo eligió otro camino: salió del cerco de la zona de exclusión y tomó contacto con la gente. Primero, se lo vio caminando por la Plaza 1° de Mayo; luego participó de un desafío futbolístico con Sergio Urribarri (previo almuerzo de pescados de río con el gobernador como anfitrión); y por la tarde recibió el diploma de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional de Entre Ríos, en el Teatro 3 de Febrero.
Las redes sociales iban dando cuenta de los pasos de Morales por Paraná, y de cómo se salía del protocolo para saludar a los vecinos que se acercaban a estrecharle la mano. Cerca del mediodía estuvo por la Catedral, y desde la vereda de la Plaza fue entrevistado por la cadena de noticias Telesur. En la entrevista, dijo que espera con “paciencia” el ingreso de su país al Mercado Común del Sur. El partido de la tarde en el Club Olimpia convocó hinchada propia, de tono militante más que deportivo, y el acto por la noche terminó de cerrar la jornada popular de Evo por las calles de la ciudad.
El Teatro 3 de Febrero ya estaba repleto bastante tiempo antes del comienzo del acto. Más de 300 personas quedaron afuera. Una columna de 80 militantes agitaban banderas y entonaban cantitos sobre 25 de Junio, pidiendo que abran las puertas del edificio: “somos compañeros de Rosario, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, de la agrupación Convicción Peronista, vinimos a apoyar. Fuimos al partido (de fútbol), algunos estuvimos en el almuerzo en la casa del Pato, donde comimos chivito, lechón y asado con cuero”, contaba José. Virginia y Manuel, en cambio, fueron por su cuenta, y hacían guardia sobre un cantero, celular en mano, esperando por una foto o un saludo del presidente boliviano. Del lado de adentro, la platea, los palcos y el gallinero estaban a pleno. El clima de fiesta alternaba los diversos cantos de las organizaciones presentes, que colgaban sus banderas de los palcos: CTA Entre Ríos, ATE, La Cámpora, PCCE, Federación Juvenil Comunista, Kolina, Nuevo Encuentro, Martín Fierro, agrupaciones estudiantiles como el Movimiento Estudiantil Túpac Amaru, wiphalas, emblemas de la Nación Charrúa, y otros símbolos de pueblos originarios.
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Evo Morales hizo su ingreso al lugar por la puerta principal, cerca de las 19:30, junto a Sergio Urribarri, Blanca Osuna, Hugo Yaski y autoridades de la UNER. El presidente vestía camisa blanca y el típico traje que representa una amalgama de culturas: un saco de corte occidental pero con las guardas de diseños andinos en el cuello y a la altura del pecho. Los primeros momentos fueron de recepción de regalos: los decretos de visitante ilustre de la provincia y la ciudad, un par de equipos de mate y bombilla, una acuarela, otro cuadro con una vista de Paraná, y finalmente el diploma mencionado. Evo le iba pasando todo al edecán a sus espaldas, firmemente de pie, que los acumulaba a un costado. Cuando llegó el turno de su discurso, que duró 30 minutos, el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia fue reiteradamente interrumpido por aplausos y cantos en algunos fragmentos precisos, entre ellos las referencias a Néstor Kirchner y a Hugo Chávez; o al explicar cómo fue el proceso de nacionalización de los recursos naturales. Cuando dijo que las Malvinas son argentinas, el auditorio de pie respondió con la consigna “mar para Bolivia”.
“Nunca rendirnos ante el imperio” pidió, y ya en tono de broma, en referencia al fulbito de la tarde, resaltó que se va invicto de la Argentina. Se despidió agradecido por el cariño de los paranaenses, “soy capaz de venirme cada fin de año. Los pueblos latinoamericanos somos una familia, viva Argentina, viva Bolivia, viva el Mercosur, viva la UNASUR”, concluyó ovacionado.
Entre los concurrentes al teatro, además de funcionarios, organizaciones políticas y sociales, algunos artistas y gente suelta que quería verlo a Evo de cerca y consiguió un lugarcito temprano, también hubo un grupo de referentes originarios de la zona y descendientes de bolivianos. Ara Mimbí, que en guaraní significa Tiempo Resplandeciente, es una mujer de la ciudad de Victoria, Entre Ríos, que se hizo presente en el acto: “aquí estoy en la lucha y con la alegría de ver a nuestro dirigente cocalero ahora como presidente. Es lo más grande que nos puede pasar como pueblo”. Blas Jaime, cacique Chaná de Paraná, opinó que Evo “es un hombre del pueblo más que nada, siempre es sincero, campechano, reconoce sus fallas, se hace querer. Para nosotros como aborígenes, realmente nos llena de alegría que él nos visite. Acá no se puede soñar con un presidente indígena, nos siguen escondiendo bajo la alfombra, no existimos para que no molestemos”.
Walter, de 36 años, hijo de bolivianos que vive en Paraná, vistió para la ceremonia un traje típico del norte potosino, adornado con espejitos. “Él es muy querido porque ha vivido la discriminación, que aún existe. Como dice Evo, hubo un cambio, él le abrió las puertas a los indígenas bolivianos y su reivindicación. Ha sido un despertar en la gente que no se ha visto en otros países todavía”.
El título Doctor Honoris Causa es una distinción de máxima jerarquía conferida por la UNER a aquellas personalidades de relevante prestigio, nacionales o extranjeras, que hubieren realizado aportes de mérito y cuya trayectoria ponga de manifiesto un compromiso ético con la sociedad. El otorgamiento de la distinción académica fue resuelto por el Consejo Superior de la universidad, a pedido de la Facultad de Ciencias de la Educación, por “su trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos del pueblo boliviano, reconocimiento histórico de las diferentes culturas aborígenes de Bolivia integradas al gobierno, erradicación del analfabetismo, distribución de la tierra, nacionalización de los recursos naturales y luchador incansable por la unidad latinoamericana. Solidario con los pueblos oprimidos del mundo, compañero y amigo del pueblo argentino.”

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