domingo, 16 de noviembre de 2014

Clase tomada: Loyds por Juan Diego Incardona

Texto leído en la presentación de Merca (Alto Pogo, 2014) de Loyds. “Los personajes de Mercaconforman una versión clase alta de aquellos inmorales de la vida puerca, de Los siete locos, de Los lanzallamas…”.
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Por Juan Diego Incardona
“Le digo que bueno, gracias, y pregunto a qué se dedica el señor, y ella responde que cree que tiene una fábrica de productos lácteos. Yo le digo que entonces no sé si va a dar el perfil, a menos que haga productos gourmet o delicatessen, y ella me dice que es cierto, que su amiga es una señora súper bien pero que el marido es más “low class”, aunque está muy bien económicamente. Después empieza a contar que últimamente en algunos torneos de bridge hay gente cada vez más fea. Textualmente nos dice: “hay un elemento…””.
Merca (fragmento)
Aventura urbana bajo la influencia del ritmo. Prosa vertiginosa, coloquial pero verborrágica. La merca, también, son las líneas de lenguaje: español, inglés, lunfardo de clase, vidrio molido. Lo pongo al lado de El almuerzo desnudo, de William Burroughs, y de Que viva la música, de Andrés Caicedo, pero en la tradición local, lo pongo al lado de Roberto Arlt.
Los personajes de Merca conforman una versión clase alta de aquellos inmorales de la vida puerca, de Los siete locos, de Los lanzallamas… Johnny me recuerda a Erdosain, su “odio” existencial frente al mundo lo convierten en un personaje no sólo cínico, irónico, sino también triste, y “cada día se lo ve más flaco”. Alfred, el agente gay de las modelos, es un cafishio sofisticado, de guante blanco, nuestro rufián melancólico.
Novela arltiana de clase alta, y de época. Las referencias tecnológicas, como las marcas de autos y la aparición del reggaetón y Facebook, ubican la historia en los años recientes, pero los nombres propios que producen un marco de referencia (Diego Maradona, Poli Armentano, etc.) echan raíces en la década anterior, la década del 90. Y sobre todo: cuenta una transición para la clase: los nuevos ricos; que más que a los jipis, más que a los pobres, Johnny odia y desprecia, aunque rebelde en su seno, como representante de una sociedad que pierde sus valores y tradiciones en manos de los hijos.
Así como en los barrios populares los jóvenes se reunían en las esquinas frente a fábricas cerrándose e instituciones enrejadas por la inseguridad, y ganaban la calle como los hijos de los desocupados; la clase alta también es mutante. Allá, el tornero se transforma en remisero; acá, en los círculos de Johnny, la juventud se encierra en departamentos y pubs exclusivos, se cierra en su endogamia amenazada. “La Biela, ¿sigue abierto?”, pregunta Johnny.
Clase tomada. Merca es la historia de los hijos de los avisos fúnebres de La Nación. La merca es más que la cocaína: como en la imagen de tapa, la nieve cae sobre el personaje, sepultándolo, progresivamente, en la soledad de una cordillera que se está desmoronando, erosionada por los cambios sociales y los nuevos vientos que han soplado, también, en el norte

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