martes, 7 de octubre de 2014

Una idea para que los pesos no se vayan al dólar

Hay que hacer que los pesos les permitan a los municipios, que tienen deudas imperdonables de infraestructuras barriales y viviendas, impulsar un programa real de financiamiento al costo.
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Por Inti Alpert
Una buena solución para la economía argentina en esta coyuntura es poner el turbo a la circulación de pesos, mediante la aplicación a casos de producción de valor y riqueza estructural.
Como en aquella vieja publicidad de aspiradoras en la que la familia del piso de abajo quedaba pegada contra el techo por el efecto de la aspiradora en el piso de arriba; la obligación hoy es poner la turbina a aspirar los pesos para que no huyan al dólar. Ni como resguardo, ni como productos importados.

O sea, se decidió que el Banco Central obligue a que los bancos paguen más por los depósitos, para que los que tienen capacidad de ahorro no huyan al dólar y los bancos tengan más pesos para prestar a los que justamente no tienen capacidad de ahorro pero sí de crédito.

Pero el tema es que esos créditos nos hacen correr el peligro, en principio, de que los tome gente que los destine a comprar dólares, o insumos y/o productos importados, como pasó durante los últimos dos años, o directamente para que la gente común y silvestre de clase trabajadora, pero con capacidad de consumo, siga comprando pavadas importadas o aumentando los precios por demanda, de lo poco que se fabrica integralmente acá.

Por eso, lo que hay que hacer para minimizar esos peligros, es simple.

Hay que poner todos los pesos disponibles, no solo en las manos de los bancos vía depósitos inducidos por la suba de tasas, sino que hay que hacer que los pesos les permitan a los municipios que tienen deudas imperdonables de infraestructuras barriales y viviendas, impulsar un programa real de financiamiento al costo, de todo lo que falta.

Empezando por hacer un millón de viviendas en todo el país, pavimentar las 200 mil cuadras del conurbano bonaerense que todavía faltan, regularizar dominialmente, al costo real, los 1.000 barrios que todavía lo requieren en la provincia de Buenos Aires y los 1.500 que hay en el resto del país.

Haciendo los 30 puentes que necesita el Riachuelo y que se pueden recobrar simplemente con un peajito electrónico y la revalorización de sus zonas de influencia, etc.

Juan Carlos Fábrega (extitular del Banco Central) con la mejor intención, pensaba en un tipo de enfriamiento que limitó la escalada inflacionaria, pero dejó a los pesos inutilizados y se corrieron al “dólar fuga”.

Axel Kicillof (ministro de Economía), también con la mejor intención, hace circular el dinero e imprime más. Pero si no garantizamos su aplicación concreta a creación de riqueza inmediata pueden agudizarse la inflación, la recesión... y la fuga.

La solución es que el dinero circule a fondo. Sin que sea necesario imprimir más por un tiempo. Y cree valor real en términos de esos tan concretos como la pavimentación de una calle o la dotación de infraestructuras en un barrio.

Pero para que el Estado pueda inducir ese gasto y aplicarle el "turbo" como en la publicidad mencionada, todo lo que se chupa del piso de arriba se mandara a igual velocidad hacia el de abajo y así en un ciclo continuo. Por eso es indispensable que el Estado entienda que el pueblo tiene derechos, pero también tiene obligaciones. Y que por lo tanto pagar el costo de lo que se recibe, es necesario.

Porque el Estado no tiene bajo ningún punto de vista, los recursos para hacer todas esas cosas que hay que hacer y que mejoran la calidad de vida concreta del conjunto de la población... sino las cobra.

Si hacemos eso, todo andará bien.

Hay que hacer lo que hay que hacer y listo. Lo entiende cualquier intendente.

El problema es que ningún intendente tiene porqué saber mucho de macro economía y teoría del dinero.

Y en términos macroeconómicos lo entiende todo el gabinete de Economía, pero deben confiar más en la idiosincrasia de nuestro pueblo. Al que no le importa pagar por lo que quiere, sino que justamente le molesta no poder pagarlo. Y como el dinero lo tienen en el bolsillo, no es problema alguno pedírselo sistemáticamente si se les vuelve a llevar, en el marco del aumento del trabajo y a riqueza real.
La inflación como problema
Un detalle importantísimo de esto es que como el proceso inflacionario es notable, hay que "desdinerizar" las operaciones de financiamiento, de depósito en pesos y de costeo.

Si una casa cuesta 300 mil pesos, cuesta en números redondos 30 mil litros de diesel YPF o metros cúblicos de hormigón elaborado.

Es aproximado pero más o menos es así. Y obviamente se puede ajustar cada día y a cada cosa que sirva para hacer operaciones concretas.

Y lo que hay que ofrecerle a los que llevan sus pesos al dólar porque no confían en el peso, es simple.

"Convertilos hoy mismo en litros de Diesel o metros cúbicos de hormigón, o lo que sea que signifique una reserva de valor, y prestáselos al que los necesita y quiere. Que te los devolverá de a poco y de acuerdo al plazo, con más meses o años de repago en concepto de interés real".

Esta frase, es música para los oídos de cualquiera que deba cuidar el valor de sus pesos, sea el ANSES, los fondos pivados de pensiones, aseguradoras, grandes empresas con liquidez, créditos intra familiares y pequeños ahorristas imposibilitados de comprar U$S en blanco, que no quieren dilapidar sus recursos en bienes de consumo. O sea un montonazo de gente con plata. O sea muchos de los que retiraron depósitos de los bancos y/o vienen comprando dólares.

Y por otro lado, no olvidemos que al menos el 85% del país tiene necesidades concretas materiales ligadas a viviendas y/o infraestructura; si incluímos no solo a los pobres sino las aspiraciones de los sectores medios y altos con capacidad de pago.

O sea, al que le presten 30.000 litros de Diesel YPF 500 para hacer una casa de aproximadamente $300.000. Devolverá los mismos 30.000 litros, en por ejemplo 6 años, más dos años en concepto de renta.

Y al que no sabe qué hacer con la guita y compra dólares por la vía que pueda, sea directa o indirecta, si presta 30 mil litros, le devolverán los mismos 30 mil, más otros miles en concepto de intereses.

Y cosas así.

Argentina debe aplicar "el turbo" y trabajar seriamente en el desarrollo de empresas y obras que incorporen riqueza estructural considerable a nuestra economía; porque a lo largo de estos años se dinerizó al conjunto de la población, se sacó de la miseria y de la falta de ingresos a enormes masas de niños y personas mayores, pero la deuda que todavía no terminamos de resolver, es que el sector en edad económicamente activa incremente el valor que produce su trabajo, seriamente.

La publicidad de la aspiradora es clara. Hay que tentar a los pesos de ir a donde tienen que ir. Que es a que todos subamos al menos un piso más.

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