martes, 7 de octubre de 2014

Clarin.comCartas al pais06/10/14 La Cámpora, una empresa sin proyectos

  • Alberto Amato PERIODISTA
En los últimos diez días y al menos hasta el lunes 6, la página de la organización “La Cámpora” (www.lacampora.org) no reproducía un solo proyecto a futuro de la agrupación que impulsa Máximo Kirchner. A modo de ironía, en el rubro “Documentos de coyuntura” del Centro de Estudios Políticos, aparece un enigmático “No se encuentra la página”, al click de los curiosos.
A punto de dar un salto cualitativo hacia los resortes de poder de la Argentina, es imposible saber cuál es el proyecto de La Cámpora sobre política exterior del país, cuál es su proyecto educativo, qué va a hacer con la seguridad, la justicia, la salud, los pobres, los desocupados.
¿Cuál es el proyecto económico que tiene La Cámpora para los próximos diez o veinte años? ¿Qué va a hacer con el campo, con la industria, con la vivienda, con el transporte, con la energía, con la defensa nacional? ¿Con cuáles métodos y herramientas planea, al menos, impulsar el desarrollo de un país en retroceso?
La respuesta a estas preguntas es un silencio irremediable ante la falta de un solo documento político que ilustre a la sociedad sobre las intenciones, los deseos, las ideas y, tal vez, las esperanzas de esta curiosa agrupación, más parecida a una gran empresa comercial, que está a punto de detentar el mayor poder que haya tenido organización política juvenil alguna en la historia reciente del país. De hecho, La Cámpora ya es más poderosa que lo que fue la Juventud Peronista de los años 70, embarcada en una disputa sin destino con el jefe del movimiento, fascinada por la violencia y amenazada a su vez por el embrión del terrorismo de Estado. La Cámpora llegará a manejar aún más poder que la Coordinadora que cobijó el y al alfonsinismo, que le acercó ideas y funcionarios a aquella democracia en pañales de los años 80.
 ¿Pero cuáles son las ideas de La Cámpora? En su discurso inaugural, y acaso por la emoción de protagonizar su primer acto público, Máximo Kirchner se cuidó muy bien de responder a esos interrogantes elementales que intentan desentrañar la filosofía política de la organización que dirige. Sólo se limitó a exigir que cualquiera que aspire a gobernar el país, tiene que ganarle a su mamá.
La Cámpora esgrime, casi como único mérito político y a falta delsustento ideológico que le allane el camino al poder, una lealtad incondicional, un verticalismo ciego y refractario, no importa los argumentos y designios que se defiendan.
De nuevo, esa especie de alcahuetería colegial a la que somos tan afines, tiene más valor en Argentina que las ideas. El país vuelve a dar una vuelta a su noria: desde hace décadas, la sociedad fracasa en hallar un bálsamo que la prevenga del accionar de los gobiernos que ella misma elige por amplia mayoría.

Y BUEH CON VOTO CALIFICADO ALCAANZARIA NO?

No hay comentarios:

Publicar un comentario