miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sobre el "polémico regreso" de Fontanet

Yael Crivisqui reflexiona sobre la repercusión mediática en torno a la aparición del ex cantante de Callejeros en un recital en Córdoba.
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Por Yael Crivisqui
Hay una maquinaria que es triturarte, incisiva, generadora de una gran industria de estereotipos, chivos expiatorios, estigmas, y por sobre todas las cosas, generadora de culpables fáciles; para el bolsillo del señor y la señora. Esta maquinaria tiene la capacidad peligrosa de convertir apreciaciones personales en discursos – lamentablemente-reproducibles, distorsionando la realidad y capturando así adhesiones cómodas. Estoy hablando de la opinión pública canalla y su irresponsable manera de propagar noticias. Quizá siga cometiendo el estúpido error de irritarme, sorprenderme o quedar atónita ante ciertas formas de encarar cuestiones sumamente delicadas. El facilísimo, la menospreciación, los juicios de valor a priori, la monopolización de la palabra dándole voz solo a quien ellos han transformado en únicos dueños de la verdad.
Ciertas empresas “comunicacionales” han hecho de Cromañon, una causa "sencilla" y con culpables “obvios”: Callejeros. El caldo de cultivo de esta transformación ha sido una sociedad muy lastimada en términos políticos y judiciales, que termina traduciendo su dolor a odio. De esta manera se ha construido la potestad (al descreer de todo) de condenar lo que tengo a mi alcance y en lo que pueda volcar mi ira. Lo lamentable de esto es que estamos hablando de procesar, según nuestro criterio y aprovechando los constantes desaciertos de la Justicia, a personas que han caído en la volteada de una cultura y un sistema de regulación del orden estatal que venía en decadencia desde hace muchos años atrás.
¡Duele mucho viejo! Duele porque el costo de la inoperancia, la desidia, la manipulación mediática y los avatares judiciales, se pagaron muy caros. Pérdidas irreparables: padres/madres sin sus hijos y músicos sin familias; privación de la libertad, crucifixiones, depresiones, etc.
Hoy los pibes tienen derecho a lo que un correcto funcionamiento de la justicia debe garantizar mientras se lleva a cabo el debido proceso, intentar reinsertarse, como puedan y con las posibilidades que tengan, en libertad a la sociedad y esto es haciendo lo que aman, música.

¡Duele mucho viejo! Duele que sigan hincando en la herida. Duele.

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