sábado, 13 de septiembre de 2014

Elecciones: Macri-Carrió, ¿Una fórmula posible? Por Reynaldo Sietecase

Por Reynaldo Sietecase

Luego del triunfo en Marcos Juárez de una alianza entre radicales, juecistas y el PRO, el jefe de Gobierno porteño imagina alianzas más amplias que sostengan sus aspiraciones presidenciales. Alfonsín lo rechaza pero algunos correligionarios dicen que es una buena estrategia para ganarles a los candidatos del PJ.

El planteo del título no se sostiene con ningún dato de la realidad. Se trata de un juego. Una construcción en la arena. Una hipótesis más o menos delirante según a quien se consulte. En tren de especulaciones también podría ser Mauricio Macri y cualquier dirigente de la UCRCR. O ni siquiera eso. Bastaría con el hecho de compartir las primarias abiertas con candidatos propios. O lo que está ocurriendo ahora, acuerdos en las provincias o en municipios más allá de lo que se decida a nivel nacional. Lo cierto es que el triunfo de una alianza electoral integrada por radicales, juecistas y el PRO sobre al PJ, en las elecciones municipales de Marcos Juárez, volvió a abrir una discusión que hace meses agita las entrañas del Frente Amplio Unen.

Pedro Dellarosa obtuvo la intendencia cordobesa con el 36 por ciento de los votos superando al candidato del gobernador José Manuel de la Sota. “Se viene un tsunami del cambio”, declaró exultante el jefe de Gobierno porteño y calificó a los comicios como “el primer paso en el camino que viene hacia una Argentina mejor”. La primera en propiciar un acercamiento entre FA-Unen y el macrismo fue Elisa Carrió, quien no ve ninguna contradicción en acordar con la fuerza de centro derecha que conduce el ex presidente de Boca. Después de levantarse ofendida de un acto donde su socio político, Pino Solanas, cuestionaba una eventual alianza con el PROPRO , señaló que el cineasta era un ingrato con los vecinos que lo habían hecho senador por la Capital Federal. Y ante los reparos políticos que se esgrimieron se declaró “sin ideología”.

La fundadora del ARI no está sola en la idea de sumar fuerzas “sin prejuicios” para llegar al poder. El lunes pasado, el senador Luis Juez se sumó a esa prédica: “Si no avanzamos hacia un entendimiento lo más amplio posible nos vamos a quedar colgados del alambrado mirando el partido que van a jugar los candidatos peronistas”. Unas horas antes se había reunido con Macri en Córdoba. El candidato del PROPRO , reforzó el concepto: “Hace 30 años que somos gobernados por el mismo grupo de gente. Se la pasaron prometiendo mucho y no hicieron nada. Es hora de cambiar”. Macri se propone como “la tercera vía” entre los candidatos peronistas Daniel Scioli, el mejor posicionado del Frente para la Victoria y Sergio Massa del Frente Renovador. A los dos les pega por igual cada vez que puede. “Estuvieron gobernando con el kirchnerismo”, les enrostra.

El verdadero arquitecto del entendimiento con el PRO en Córdoba es el diputado radical Oscar Aguad. Para el legislador hay que definir una fórmula del FA-Unen “que podría ser Julio Cobos (UCR) y Hermes Binner (PS)” y competir en las Primarias Abiertas y Obligatorias con Macri, “el ganador de esa interna será el presidente de la Argentina”, dijo. Según sus cálculos ese frente electoral se llevaría “por lo menos cuarenta diputados y más de diez gobernaciones”. La propuesta es mirada con cariño por algunos dirigentes radicales del interior y es rechazada de plano por el alfonsinismo y los socialistas, entre otros. “Sería como mezclar el agua y el aceite”, señaló Ricardo Alfonsín. El dirigente, que se impuso el domingo pasado en los comicios internos de la provincia de Buenos Aires, está convencido de que un acuerdo de esa naturaleza “haría estallar el frente y podría fracturar al radicalismo”.

En el PRO esperan confiados. Saben que en política todo puede suceder. “Quién hubiese pensado hace unos meses que Juez iba a elogiar públicamente a Mauricio”, deslizan con malicia. De mínima aspiran a cerrar alianzas en provincias y municipios como ocurrió en Marcos Juárez. “Depende de cómo llegue Mauricio. Por ahora las encuestas nos dan cada vez mejor”, se emocionan cerca del jefe de Gobierno porteño. Falta mucho. El 9 de agosto serán las PASO y hay que tener en cuenta que en una decena de provincias habrá elecciones desdobladas para cargos locales. De hecho, Macri todavía no fijó la fecha electoral en la Capital aunque ya están vencidos los plazos para hacerlo. Es probable que mande un proyecto a la Legislatura para atar la elección de la Ciudad a su candidatura presidencial.

Macri aprovechó la semana del “tsunami del cambio” para lanzar algunas promesas de campaña. Aseguró que quitaría las retenciones a las exportaciones y que eliminaría el Impuesto a las Ganancias de los salarios. La primera afirmación tiene una impronta liberal a tono con su idea de pagarles a los Fondos Buitre y apelar al endeudamiento externo como recurso de financiación. Un verdadero dislate. Remover ganancias de la 4ta Categoría, en cambio, es una bandera que el kirchnerismo les regaló a opositores y sindicalistas. Nadie en el gobierno nacional puede explicar, con seriedad, por qué se graban salarios medianos y no paga impuestos la renta financiera. O mejor: por qué un gobierno que se dice progresista y que contó con mayorías legislativas durante una década no hizo una reforma fiscal para que paguen más los que ganan más.

Mientras se observan los primeros cruces de lo que se puede calificar como la campaña electoral más larga de la historia argentina (falta más de un año para la elección presidencial), los vecinos de las villas porteñas siguen esperando mejorar su calidad de vida y tener acceso a una vivienda digna. Según estimaciones de la Secretaría de Hábitat, son 275 mil las personas que viven en asentamientos precarios. Ellos merecen algo más que palos y miseria.

DZ/rg

Diario Z

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