miércoles, 6 de agosto de 2014

Los niños palestinos han pagado un precio muy alto en la guerra de Gaza

 Gaza. De lo único de lo que se acuerda Yasmin Bakri, de 11 años de edad, es de que su madre estaba cocinando pan.

Luego se despertó en la cama de un hospital en Gaza con las dos piernas y el brazo derecho vendados por las graves quemaduras y fracturas sufridas después de que su casa fuera alcanzada por un proyectil en un ataque aéreo israelí. Allí le contaron que había perdido a la mayor parte de su familia.

Yasmin sobrevivió, pero datos publicados este miércoles por UNICEF muestran que 419 niños palestinos han muerto en la guerra de Gaza, de casi un mes de duración. En la anterior ofensiva terrestre de Israel sobre el pequeño territorio costero, hace cinco años, fallecieron 350 niños.

Al menos seis niños israelíes han resultado heridos en el último mes por el lanzamiento de cohetes desde Gaza, según las cifras preliminares de la agencia de la ONU para la infancia.

Yasmin dice que le contaron que su madre, su hermana de seis años y su hermano de tres meses murieron junto con su tío y su primo cuando un misil israelí alcanzó su casa hace dos días.

Desde entonces, Gaza ha permanecido tranquila mientras israelíes y palestinos cumplen una tregua de 72 horas que se espera lleve a una más duradera después de una guerra que ha devastado gran parte de este territorio mediterráneo densamente poblado.

"Estaba ayudando a mi madre mientras cocinaba pan, luego no sé qué pasó. Cuando me desperté en el hospital me dijeron lo que ocurrió", contó Yasmin mientras la preparaban para ser operada del brazo roto.

"Mi madre ha muerto, mi hermana, que iba a empezar primero de primaria, ha muerto y mi pequeño hermano. Mi tío también ha sido hecho mártir y mi primo", dijo Yasmin con una voz suave, luchando por respirar.

El Ministerio de Salud de Gaza afirma que 1,869 palestinos, civiles en su mayor parte, han muerto en la ofensiva militar de Israel sobre la Franja. Por el bando israelí fallecieron 64 soldados y tres civiles.

En otra cama del hospital de Shifa, en Gaza, Mohamed Wahdan, de 18 meses, llora cuando su prima trata de sacar el dedo de su mano.

"Estos niños han perdido a su madre, su padre ha sido herido muy grave y trasladado a otro hospital, su casa también ha sido destruida", dijo Ahlam Wahdan, prima de Mohamed, refiriéndose a los dos hermanos del pequeño, que están en sendas camas junto a la suya.

Originaria de la localidad de Beit Hanun, cerca de la frontera norte de Gaza con Israel, la familia se refugió en una escuela de la ONU después de que su casa fuera bombardeada. Pero la escuela fue atacada y 17 personas que estaban en ella murieron.

Israel sostiene que atacó a milicianos palestinos.

"La familia entonces alquiló una casa en el campo de refugiados de Yabalia, pero esa misma noche la casa fue bombardeada y ocurrió la tragedia", contó Ahlam.

En el exterior del hospital de Shifa, familias desplazadas por tropas israelíes en el distrito de Shejaia, en el este de Gaza, donde 72 personas murieron hace dos semanas, utilizan mantas para tratar de montar tiendas de campaña en las aceras, en el jardín y en el estacionamiento.

Unos niños juegan descalzos, otros duermen a la sombra dentro de las tiendas y otros son alimentados por sus madres.

"¿Qué futuro tienen esos niños? ¿Qué recuerdos les ha implantado Israel?" dice una mujer mayor sentada en el lugar.

"Los niños tienen miedo todo el rato, no duermen, y a veces se despiertan gritando en plena noche", agrega.

UNICEF calcula que casi 400 mil niños en Gaza necesitan ayuda psicológica.

Yasmin, por su parte, no quiere llorar por sus familiares muertos.

"Están en el cielo", dijo. "Tengo paciencia".


06/08/14 La Jornada, México
 

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