martes, 19 de agosto de 2014

LAS HIPOTESIS SOBRE LA ENTREGA DEL NIETO DE ESTELA DE CARLOTTO Los eslabones perdidos

Por Irina Hauser y Ailín Bullentini
En el rompecabezas de la apropiación de Ignacio Guido Montoya Carlotto se van reuniendo piezas que, de todas formas, no llegan a encajar entre sí todavía. Algunas de esas piezas pusieron en el tablero a personajes que pueden tener distinto grado de responsabilidad en el hecho. El análisis de la partida de nacimiento falsa del hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya reforzó la implicancia del terrateniente Carlos Francisco “Pancho” Aguilar en la entrega del bebé y puso el foco en el médico Julio Sacher, que firmó el documento. Otros nombres que surgieron fueron el de Ignacio Verdura, miembro del Ejército que tuvo a su cargo el centro clandestino de detención Monte Peloni, epicentro de la represión durante la última dictadura cívico-militar en Olavarría, la ciudad donde se crió el último nieto recuperado, y el de Filiberto Salcerini, otro ex militar de esa ciudad bonaerense vinculado con Aguilar a través de sus esposas: ambas eran primas. Sin embargo, ninguna de estas hipótesis fue profundizada aún en el expediente judicial, cuya jurisdicción definitiva recién se definiría a mediados de semana. Por ahora no son más que líneas de investigación latentes. ¿Cómo llegó el nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo a Olavarría? ¿Qué orillas une el puente de su apropiación? Estas preguntas aún no tienen respuestas.
Por ahora, y pese al pedido de los fiscales Hernán Schapiro y Marcelo Molina al juez federal de La Plata Manuel Blanco para que se ponga al frente, la causa que investiga la apropiación continúa en manos de la jueza federal de la ciudad de Buenos Aires María Servini de Cubría. Se espera que Blanco, quien tiene a su cargo el expediente por el homicidio de Carlotto, se expida ante su par porteña recién mañana. Mientras tanto, es Servini quien cuenta con la potestad para trabajar en las diferentes hipótesis.
Desde Abuelas consideran necesario que la investigación se desarrolle vinculada con La Cacha, el centro clandestino de detención en donde estuvo secuestrada Carlotto antes de parir y adonde fue trasladada inmediatamente después. Mientras tanto, fueron sumándose personajes a la trama en que se convirtió la vida de Hurban desde que la ciencia confirmó que es Montoya Carlotto, hijo de dos militantes asesinados durante el terrorismo de Estado. Pero las partes acusadoras prefieren actuar con cautela y aguardar los resultados de la investigación.

El terrateniente

El vínculo del terrateniente olavarriense Pancho Aguilar con la entrega es el dato que aparece más firme en la causa. Como ya fue consignado en este diario, su muerte en marzo último fue lo que determinó que una persona cercana le revelara al nieto de Estela de Carlotto que no era hijo biológico del matrimonio de Juana y Clemente, quienes trabajaron en el campo del empresario, perteneciente a la Sociedad Rural local y ex candidato a concejal suplente por Unión PRO. Tiempo antes de que se confirmara la verdadera identidad del músico, Abuelas de Plaza de Mayo había recibido una denuncia que establecía el vínculo entre la apropiación del bebé de la pareja Carlotto/Montoya y Aguilar. A estas versiones coincidentes se sumó un dato que reforzó la sospecha: en el acta del falso nacimiento de Ignacio Hurban que figura en el Registro de las Personas de Olavarría –y que fue publicada ayer por Infojus noticias– figura como domicilio de alumbramiento el de la casona en la que vivió Aguilar y aún habita su familia.

El militar

En Olavarría es vox populi que, como era experto en caballos y un avezado jinete, Aguilar se relacionó fuertemente con varios militares, con quienes se lo veía de cuando en cuando en los bares de la ciudad. Uno de ellos era el coronel Verdura, quien lideró el Regimiento de Caballería de Tanques 2, perteneciente al área 124 del Ejército argentino, entre 1975 y fines de 1977. Aguilar, cuentan los que lo conocieron en Olavarría, practicaba equitación en los terrenos del Ejército que comandaba Verdura.
Por el momento, no hay vínculos probados entre Verdura y la apropiación del nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Sin embargo, el hombre no es cualquier militar retirado, sino el principal acusado en el juicio que comenzará el mes próximo por delitos de lesa humanidad cometidos en el CCD Monte Peloni, en Olavarría, con lo cual la posibilidad de que haya tenido contacto con represores de La Cacha es una línea a investigar. El otro ingrediente que llama la atención en un posible vínculo entre Verdura y la apropiación del hijo de Laura Carlotto es el nombre que ambos llevan: Ignacio. El hecho de que los apropiadores hayan renombrado como ellos a los bebés robados a víctimas del terrorismo de Estado es un dato que encuentra eco en varios casos.

El primo político

Pero Verdura no es el único hombre de las Fuerzas Armadas con quien Aguilar tuvo una –cuanto menos sospechada de estrecha– relación: un importante personaje en esta trama es Filiberto Salcerini Soffredini, fallecido ex coronel de caballería, quien fue mano derecha de Ramón Camps, jefe de la Policía Bonaerense durante la última dictadura. “Aguilar era primo político de Salcerini, quien estaba casado una de sus primas, Raquel Fassina”, recuerda Carmelo Vinci, titular de la Comisión por la Memoria de Olavarría. El dato también figura en el Informe de la Memoria de esa ciudad (realizado en 2001), a través de la declaración de un testigo de la policía local “que lo señalaba como alguien con gran poder de decisión en la Bonaerense, intervención en los secuestros y contactos e injerencia en el Ejército”. En el mapa general de la situación, Salcerini también podría haber sido el vínculo entre Olavarría y el centro clandestino de detención en el que estuvieron secuestrados Oscar Walmir Montoya y Laura Carlotto.

El doctor

En el acta de nacimiento falsa a nombre de Ignacio Hurban figura Julio Luis Sacher como el doctor que “constató” el nacimiento. Se trata de un reconocido ginecólogo de Olavarría que trabajó para la Policía Bonaerense. Su firma en el documento que falsificó el nacimiento y la filiación de Montoya Carlotto –que fija en el 2 de junio su alumbramiento, cuando en realidad nació el 26 de ese mes de 1978– lo vuelve una pieza importante en la cadena de hechos, y su relación con la fuerza de seguridad provincial añade picante al asunto. Ambos datos, sin embargo, no son en sí mismos pruebas fehacientes de su vínculo con el acto puntual de la apropiación. “Los médicos que firman certificados falsos de nacimientos en casos de apropiación muchas veces intervinieron después de que los bebés fueron robados a sus mamás, con lo cual no son necesariamente parte de la entrega”, advirtió Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo. Es decir, que pudo haber otro médico que asistiera el parto de Laura Carlotto y que Sacher luego falsificara el acta. Todas estas cosas aún deben ser investigadas. Lo que sí dejó en claro el acta es que el bebé fue entregado de inmediato, ya que se inscribió el 28 de junio y habría nacido el 26.
La semana pasada, las Abuelas solicitaron a Servini de Cubría un cúmulo de medidas para profundizar en el vínculo de Sacher con el hecho, pero aún no tuvieron novedades.

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