viernes, 22 de agosto de 2014

La contraofensiva de la reacción católica Por Alejandro Horowicz

La carta solidaria de Bergoglio a Estela obtuvo inmediato contrapeso. El silencio institucional de la Iglesia argentina ante la recuperación de su nieto fue brutalmente amplificado.

La mano invisible del pobre mercado de ideas antediluvianas se hizo cargo de la contraofensiva católica. No es cosa que una sociedad disfrute la alegría del reencuentro de un nieto apropiado por los verdugos de sus padres con sus abuelas. Entonces, las exclusas de la cloaca conservadora se abrieron, y un obispo del Opus Dei nos explicó que los juicios contra los oficiales de picana y crucifijo eran "políticos". Y por tanto, va de suyo, no se trata de delitos imprescriptibles sino de venganza con complicidad judicial.

La carta solidaria de Jorge Begoglio a Estela Carlotto obtuvo inmediato contrapeso. El silencio institucional de la Iglesia argentina, frente a la recuperación del nieto 114, fue brutalmente amplificado. No es por cierto una golondrina que no hace verano. Fernando Rivaro, fiscal de Esquel, abrió un "legajo" contra el médico forense de esa ciudad. Rivaro acusa a Daniel Roo de "apología del delito".

En su muro de Facebook Roo escribió: "¿Cómo puede haber gente que esté feliz porque esta chica Carlotto encontró a su nieto, no hubiese sido mejor que eduque a su hija en su momento, de la manera correcta para que no pase lo que le pasó? Personalmente, no me causa ningún tipo de emoción que esta chica haya encontrado a su nieto. Creo que esta mujer junto con otras más, como la Bonafini, tendrían que haber sido torturadas y luego ejecutadas con un tiro en la nuca, no son buenos seres humanos, son seres malignos, poseen mucha maldad y resentimiento. Besos a la gente linda. El Gato."

La contraofensiva conservadora tiene un objetivo preciso: impedir que la batalla cultural bloquee esa posibilidad. Nosotros jugamos en el otro bando.

Tras ningunear a "esta chica Carlotto", el forense repite el argumento de la dictadura burguesa terrorista, publicado tantas veces en el diario La Prensa en sus Cartas al País: "¿No hubiese sido mejor que eduque a su hija en su momento, de la manera correcta para que no pase lo que le pasó?"

Es decir, Carlotto y no la dictadura terrorista es la responsable por la suerte de su hija; por tanto su nieto no tiene de qué quejarse; con cristiana bondad sus apropiadores, para evitarle la repetición de semejante suerte, garantizaron su educación. La matriz pedagógica impulsada por Roo es clara: Hebe de Bonafini como Estela "tendrían que haber sido torturadas y luego ejecutadas”.

Después de todo, los cuerpos no importan cuando se trata de la salvación de las almas, por eso el forense que no es un improvisado insiste. La contraofensiva no se detiene. Como es preciso "educar", los argumentos del "enemigo" deben ser punidos como si fueran actos. Igual que durante la dictadura terrorista. Por eso nos dice Pedro Benegas: "El señor Damián Szifron ha demostrado ser un verdadero irresponsable que le pudre la cabeza a los jóvenes al manifestar que "si no tuviera (sus) necesidades básicas satisfechas sería delincuente más que albañil".

El histórico referente del liberalismo porteño, denunció al cineasta Damián Szifron por "apología del delito", en el pasado lideró la agrupación estudiantil UPAU, vinculada a Álvaro Alsogaray. Benegas presentó ante el Juzgado N° 6 en lo Criminal a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral la denuncia contra el director de la última película de Ricardo Darín, Relatos Salvaje. En el escrito argumenta que "Szifron es, en otras palabras, un delincuente que circunstancialmente no tiene necesidad de delinquir". La idea de que el programa de Mirtha Legrand pueda ser transformado un rato en tribuna anticapitalista le quita el sueño. Como le van a "pudrir la cabeza" a la audiencia con perspectivas críticas.

Desde que la televisión resulta la verdadera "tribuna de doctrina", los contenidos que atraviesan la pantalla deben tener dirección única. Algunas noticias no ayudan: Facebook Argentina, por ejemplo, está a la vanguardia en materia de opciones de género, cosa que pone de la nuca a misóginos, homofóbicos y católicos. Jorge Lanata leyó en radio Mitre algunas de las 50 alternativas de definición de género y orientación sexual. Enumeró opciones: "andrógino, asexual, intersexual", ahí se detuvo y leyó "remplaza el concepto de hermafroditismo. Tiene caracteres sexuales de ambos sexos pero con discordancia entre el sexo cromosómico, los genitales externos y los internos". Definió esta situación como "un quilombo" y comparó esta variante con "una cruza", en referencia a los perros, para explicar por último: "sería como un bulldog francés".

Por si no se entendió, un intersexual es menos que un perro de raza… pura e igual que un perro hibridado. Al considerar la opción "transgénero" Lanata leyó: "Son personas que sienten que su género innato no corresponde con como se sienten." Como la sutileza no es lo suyo redujo "transgénero" a locura. Por eso argumentó: "Si yo digo que soy Napoleón y que soy emperador de Francia me tratas como tal." Conviene recordar que ninguna sociedad, incluso las mejores que hemos visto florecer, deja de producir heces.

Siempre habrá hombres y mujeres que le digan a Florencia de la V: "Vos sos un traba, te dan documento de mina, pero no sos una mina." Y en consecuencia no sos madre "sos padre". ¿Y vos que sos gordito? Fernando Bravo en Continental afirmó sobre el mismo asunto: "Yo no me voy a poner a discutir acá si Flor de la V es mujer o no es mujer porque no es mujer." Tras los mensajes de varios oyentes, Bravo replanteó que "algunas cosas, mediáticamente, deberíamos manejarlas con cierta prudencia. Tampoco Jorge Lanata ha faltado a la verdad, dijo lo que él piensa. Sólo que lo ha dicho descarnadamente, de una manera muy fuerte, muy contundente, casi como una agresión a la señora Florencia de la V." Esta verdadera cumbre de la hipocresía ("no es mujer" la "señora Florencia de la V") todavía forma parte del mundo de las palabras. Esto es otra cosa.

Un nene de 12 años falleció luego de recibir un tiro mientras estaba en una plaza de Zárate. Según informaron fuentes policiales, la víctima habría sido atacada por un hombre de entre 35 y 40 años, que estaba acompañado por su hijo, también menor. El hecho ocurrió el domingo 10 de agosto, cerca de las 19, en las calles Comandante Piedrabuena y Pedro Pitrau, a pocos metros del cruce de la rutas 6 y 193. Según trascendió, el hombre le habría disparado al pibe luego de reprocharle por el robo de una campera y un celular. Para aclarar los investigadores buscan dar con el menor que acompañaba a la víctima, a la que el agresor también intentó herir. Asustado, el chico salió corriendo y todavía no fue hallado.

Este abanderado de la seguridad, de la defensa de la propiedad privada, no se queda en las meras palabras. Pero hubo palabras previas que posibilitaron, legitimaron tamaña felonía. Un comunicado del justicialismo de Villa María, que no es precisamente progre, sostuvo con relación a Samuel Jofré Giraudo: "Resulta llamativo el momento elegido por el señor obispo para reflexionar sobre estos temas. Sobre todo, teniendo en cuenta que por estos días, la inmensa mayoría de los argentinos compartimos la alegría de la recuperación de un nieto apropiado, el 114, nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto. Alegría compartida por el propio Papa Francisco.

En momentos, además, que en la provincia de La Rioja se dictaba sentencia contra los asesinos de monseñor Enrique Angelelli, uno de los tantos sacerdotes que compartieron esa 'visión de país diferente por la cual luchaban miles de jóvenes', y por la que ellos mismos terminaron bajo las balas asesinas de aquellos que a lo largo de toda nuestra historia han pretendido un país para unos pocos, los que más tienen." Las palabras prohíjan las cosas. En un país en crisis perpetua, donde los bolsones de marginalidad avanzan con facilidad y retroceden con tanta dificultad, los planteos genocidas están a flor de piel.

En 2002 se estuvo en el borde de una masacre de pobres, y si no sucedió fue –entre otras razones– porque los "nuevos pobres" eran tantos y de un origen social tan poco plebeyo que daba vergüencita. Si algo se juega en el tablero político, si algo se disputa en serio, pasa por habilitar o impedir un genocidio de pobres muy jóvenes después de 2015. La contraofensiva conservadora tiene un objetivo preciso: impedir que la batalla cultural bloquee esa posibilidad. Nosotros jugamos en el otro bando.
 
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