martes, 15 de abril de 2014

“Para Laclau el conflicto y el antagonismo forman parte de la democracia”

Entrevista con el magister en Ciencias Sociales Ariel Goldstein. El investigador dictará el curso “Populismo, medios y política en América Latina” en la Facultad de Sociales de UBA (para más información). Una charla sobre el aporte del intelectual argentino.
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Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué aportó Ernesto Laclau al debate sobre el populismo?
Ariel Goldstein: El aporte de Laclau es fundamental a las ciencias sociales, tanto desde quienes lo critican, quienes aportan en oposición a sus planteos, o desde quienes lo reivindican y lo han incorporado para sus estudios. Me gustaría rescatar algunas cuestiones de su obra. En primer lugar, su posición frente al concepto de populismo más tradicional, vinculado a la manipulación populista de un líder, el personalismo y el clientelismo. En su último libro, “La razón populista”, él rescata que en los procesos de identificación política popular hay un componente afectivo relevante, que es muy importante para la política. Además, señala que en América Latina el liberalismo funcionó a nivel formal, como recurso de las oligarquías. Por eso los fenómenos de identificación popular para la transformación de esas sociedades se dan en relación a un líder que es el aglutina diferentes demandas. Según Laclau una de esas demandas particulares se vuelve hegemónica sobre el resto y se encarna en la figura del líder político. Esos desarrollos teóricos tienen que ver con su formación en la izquierda nacional.
APU: En ese marco, ¿Cómo analiza la relación de Laclau con el kirchnerismo? ¿Le sorprendió?
AG: El aporte de Laclau es fundamental en términos teóricos. En relación a sus intervenciones públicas, su apoyo a los gobiernos de la región también es muy relevante. Él escribió, en relación a esos gobiernos latinoamericanos, que los procesos políticos populistas debían generar una división de la sociedad en dos campos: pueblo y oligarquía. Ese tipo de señalamiento fue muy criticado. Otra crítica tenía que ver con reducir el ejercicio de la política al populismo. Diversos teóricos le señalaron que no había que caer en una relación tan dicotómica entre populismo e institucionalismo. Sin dudas hizo aportes muy aportes. Él sostuvo que el conflicto y el antagonismo eran parte de la democracia, que no había posibilidad de eliminar esa conflictividad. Laclau escribió cuando murió Kirchner que no sabía si el ex presidente había leído a Antonio Gramsci, pero que lo había aplicado muy bien. Es interesante eso. No sé si los políticos sudamericanos leyeron a Laclau, pero sí conciben la política democrática en relación al conflicto.
APU: La mujer de Laclau, Chantal Mouffe, hizo planteos similares en relación a la política democrática y el conflicto. Pienso en el libro “El torno a lo político”. ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias con las teorizaciones de Laclau?
AG: Cuando ellos escriben “Hegemonía y estrategia socialista”, del año 83, estábamos en otra época a nivel mundial. Estaba la crisis del bloque socialista. Ellos plantean que las luchas políticas estaban ligadas a las demandas plurales, de distintos grupos específicos. Estaban pensando en las luchas de diversas minorías. Ahora, existen diferencias entre Mouffe y Laclau. La primera reflexiona sobre la necesidad de canalizar institucionalmente el conflicto. Propone pasar del “antagonismo” al “agonismo”, de modo que el conflicto se institucionalice en un marco de reconocimiento del otro. En su caracterización del populismo, Laclau se diferencia de Mouffe. En su definición establece esta separación de la sociedad en dos campos.
APU: ¿Esos dos campos no pueden estar en convivencia democrática?
AG: Sí, pueden estarlo. Pero hay una diferencia ahí, en el sentido que Mouffe estuvo muy atenta a reflexionar sobre la pluralidad mientras que en Laclau esa cuestión quedó relegada. Para él, en su trayectoria posterior a “Hegemonía y estrategia socialista”, fue más importante prestar atención a cómo se articulaba esa separación entre “pueblo” y “oligarquía”.
APU: AGENCIA PACO URONDO entrevistó en 2012 a Laclau, en el marco de los cacerolazos opositores al Gobierno nacional. Le preguntamos en esa oportunidad si esas protestas no eran también populistas. Él nos respondió que sí. ¿No cree que hay una confusión muchas veces en cómo se recibieron los conceptos de Laclau sobre el populismo?
AG: Hay un malentendido en torno a ese concepto. Para algunos sectores de la academia o el periodismo, populismo se reduce a clientelismo o manipulación. Lo que quiso hacer Laclau es una reinterpretación del concepto. Para él era un elemento central de la política. Pero él decía que podía tener un contenido de izquierda o derecha.

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