lunes, 14 de abril de 2014

Gente como “uno” Por Horacio Cecchi

Uno de los huecos de los proyectiles en el vidrio de la Blazer. El autor de los disparos huyó.

Debo aclarar que antes de escribir esta columna volví a hacer un paneo por Internet buscando títulos, tapas, fotos con sangre, gritos de horror, y, por sobre todo, reclamos por ausencia del Estado, por la sensación de inseguridad, por el clamor de justicia, y por aquello de las garantías y derechos vulnerados por la “delincuencia”. Y apenas encontré algunos titulitos que iban más por el lado de la sorpresa que por otra cuestión.

No encontré títulos del tipo “justicia por mano propia”, mucho menos “linchamiento” (término indeseable, para nada neutro, pero se hace pasar por tal), ni tampoco del tono correctivo de la “paliza”. ¿Qué condiciones no se daban, que fue lo que no se ajustó de los hechos para que no se produjera el bombardeo mediático con aquella “justificación aunque esté mal” porque la gente “está alterada”? Pero si hubo un muerto, un disparo en la cabeza, algo infinitamente más grave que el manotazo a una cartera. ¿Acaso esta muerte no importa a los medios? Al contrario, según la perspectiva que promueve la idea de inseguridad, esa que otorga el derecho en emergencia de aplicar palizas correctivas, aunque se sepa que está mal, pero bueh, según esa perspectiva esta muerte debería producir hervor en la sangre mediática. Un hombre que viajaba en su camioneta 4x4 Blazer, con su familia, a pasar un domingo donde fuera. “Gente como uno.” No lo digo por la víctima y sus familiares, que a esta hora deben pasar por una oscuridad horrorosa. Lo digo por la indiferencia de los medios.

¿Qué es lo que los calla y apenas si pueden anoticiar con toda la incredulidad del “esto no es posible, esto no puede pasar”?

Creo que la diferencia está puesta otra vez en el otro. El único dato que se contaba anoche, a la hora de escribir esta opinión, sobre quien disparó, es que conducía un Gol y que mantuvo una discusión, aparentemente, de pares.

La diferencia está a la vista. No hay un otro ajeno para los medios. Dicen “es uno de los nuestros”, una discusión violenta, se baja al plano individual. No hay problemas de niveles sociales y, por lo tanto, para los medios y para quienes deciden decretos de emergencia, no hay problemas de inseguridad, aunque el individuo armado provocó más dolor que todos los ladronzuelos que intentaron manotear una cartera y fueron apaleados como si ellos hubieran dado muerte.

Claro, toda esta perspectiva mía se iría al tacho si mañana, de pronto, se informara que quien disparó y huyó había robado previamente el auto, por ejemplo. Entonces habrá sido el disparo artero de un delincuente, según fuentes policiales.

horaciolqt@yahoo.com.ar


LO MATARON DE UN TIRO EN LA CABEZA DELANTE DE SU FAMILIA
Una discusión de tránsito fatal
Conducía una camioneta Chevrolet Blazer. Viajaba junto a su esposa, sus hijas y un yerno. Discutió con otro automovilista que, al rato, sacó un arma, disparó tres veces y uno de los proyectiles impactó en su cráneo y le provocó la muerte.

Un hombre de 55 años que conducía una camioneta fue baleado ayer por otro automovilista, durante una discusión de tránsito, en el límite entre la Capital Federal y el partido bonaerense de San Martín, del lado provincial. El agresor escapó, aparentemente hacia la provincia. La Federal inició un operativo en su búsqueda.

Alrededor de las 8.30 de ayer, personal de la comisaría 47ª de la Federal llegó al lugar, en el cruce de Diagonal 79 y calle Rodríguez Peña, de la localidad de Villa Lynch que, si bien es jurisdicción de la Bonaerense, su ausencia derivó en un llamado a los de azul. En el lugar, ubicado frente a la estación Migueletes de la ex Línea Mitre de trenes y a unos 30 metros de avenida General Paz, hallaron una camioneta Chevrolet Blazer color gris, que se encontraba estacionada con dos de sus ruedas sobre la vereda. A bordo del vehículo estaba su conductor, identificado como Alejandro Dall’Alio, con un disparo en la cabeza, y alrededor ya desbordado el límite de la desesperación, su esposa, sus hijas y un yerno.

De acuerdo a la denuncia inicial, Dall’Alio se movilizaba por la colectora de la General Paz, mano al Riachuelo, junto a sus familiares. En algún momento comenzó un entredicho con el ocupante de un Volkswagen Gol rojo, quien extrajo un arma de fuego y le efectuó al menos tres disparos. Hay dos versiones que no modifican el final: que uno de los balazos rebotó en el parante de la camioneta Blazer e impactó en el cráneo de Dall`Alio, y la otra, que lo impactó directamente. Se supone que alcanzó a seguir su marcha en dirección a Villa Lynch hasta que se subió a la vereda. El agresor escapó a bordo del Gol en dirección a provincia.

Los familiares de la víctima se quejaron ante los policías que el personal médico demoró entre 30 y 40 minutos en llegar a auxiliar a Dall’Alio, quien fue encontrado ya sin vida por el Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME), cuya jurisdicción es en territorio porteño, pero intervino debido a la gravedad del hecho. Por su parte, personal policial especializado y del SAME brindó asistencia psicológica a la familia, mientras que personal de la Unidad Criminalística de la Policía Federal trabajó en la escena del crimen y estuvo a cargo del levantamiento del cadáver, entre otros peritajes de rigor.

Inicialmente, los parientes que acompañaban al conductor asesinado no pudieron aportar a los investigadores datos precisos sobre lo ocurrido. Después de una primera inspección ocular en la escena del crimen y sus alrededores, la policía tampoco halló cámaras de seguridad que hayan podido captar imágenes del incidente.

La causa por el homicidio quedó a cargo del fiscal de Instrucción porteño Andrés Madrea y del juez del mismo fuero Eduardo Daffis Niklison, quien dispuso, entre otras medidas, el secuestro de la camioneta Blazer, que, en la tarde de ayer, fue llevada hasta la sede de la comisaría 47ª, en el barrio de Villa Urquiza.

14/04/14 Página|14

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