jueves, 10 de abril de 2014

Es la campaña, estúpido Por Jorge Cicuttin


En plena campaña electoral por la presidencia de los Estados Unidos, en 1992, el demócrata Bill Clinton aparecía en la intención de voto muy por debajo de George W. Bush (padre), que se presentaba para la reelección.

Su agresiva política exterior y su éxito en la Guerra del Golfo hacían del republicano un candidato en apariencia imbatible. Pero la estrategia electoral de Clinton comenzó a centrarse en las necesidades más inmediatas de los norteamericanos y allí fue cuando se acuñó esta suerte de eslogan no oficial de campaña: "Es la economía, estúpido." El nuevo enfoque de campaña fue fundamental para la victoria que logró Clinton y esa frase comenzó a aplicarse en discusiones y análisis políticos no sólo en los Estados Unidos, sino también en el resto del mundo.

En la Argentina de hoy, podemos decir "es la campaña, estúpido" para explicar y entender los pasos que toman y las declaraciones que hacen muchos de los dirigentes políticos y sindicales.

Porque si bien falta un año y medio para las elecciones presidenciales de 2015, hace rato que los juegos de campaña comenzaron y todos especulan con sus posicionamientos de cara a las internas.

Es difícil entender de otra manera el momento del paro general lanzado para este jueves por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, así como la amenaza de nuevas medidas de fuerza y por tiempos más prolongados. No sólo el momento, sino las características de la medida de fuerza.

"Nada del 30%, hay que pedir un 40% de aumento más un 12% por lo que perdimos el año pasado. Si no hay respuesta a los pedidos, vamos a profundizar las medidas y vamos a hacer paros de 36 y de 48 horas”, amenaza Luis Barrionuevo. El gastronómico está más lanzado que su socio camionero. Hugo Moyano intenta ser más prudente con sus declaraciones y simpatías electorales de cara a 2015.

Barrionuevo no oculta su apuesta a Sergio Massa. No sólo anunció que formará una "mesa sindical" en apoyo al diputado y ex intendente de Tigre, sino que acompaña desde su gremio las jugadas electorales del massismo. En los últimos días la sede central de la Obra Social de Gastronómicos se sumó a la campaña de recolección de firmas para ir contra el anteproyecto de reforma del Código Penal, una iniciativa liderada por Massa.

Pero que no es un momento apropiado para amenazar con una seguidilla de paros lo reconoce el propio Massa, quien públicamente tomó distancia del gastronómico señalando que no estaba de acuerdo con el paro del jueves. También saben quienes trabajan en la campaña massista que tanto Barrionuevo como Moyano no son figuras rendidoras a la hora de captar votos, sobre todo de la clase media. Son "piantavotos", y por eso se evitan las fotografías que los tengan como protagonistas.

Esta semana se están cerrando las negociaciones paritarias de grandes gremios, como Comercio y los empleados públicos nucleados en UPCN. Ya cerraron otros gremios fuertes como los metalúrgicos, el de la construcción y los docentes. Es decir, las paritarias funcionan libremente. También el propio jefe de Gabinete reconoció que el gobierno evalúa aumentar el mínimo no imponible de Ganancias. No hay despidos ni suspensiones masivas. ¿Cuáles son las condiciones reales para llamar a un paro general y amenazar con otros más extensos?

Es la campaña, estúpido.

Las mismas estrategias y especulaciones electorales que se ven en el tema del próximo paro se observan en otros temas más urgentes. En los que se les va la vida a los argentinos. Ocurrió con las anunciadas reformas al Código Penal, en las que el Frente Renovador "apuró" al radicalismo y al PRO, y estos pasaron de aportar y apoyar los cambios, a repudiarlos y dejar heridos a sus especialistas que trabajaron en ellos.

También se nota en las discusiones sobre el tema de seguridad y la serie de linchamientos a presuntos ladrones que se repitieron en los últimos días. Los principales dirigentes políticos rechazaron los violentos intentos de la mal llamada justicia por mano propia, pero repitieron una serie de peligrosas justificaciones que ocultaban el temor a quedar mal parados frente a futuros votantes que aceptaban los linchamientos.

Esta es la semana del paro de Moyano y Barrionuevo. Se juegan a mostrar su poder de fuego paralizando el país. Pero no se arriesgan a realizar un acto donde tengan que hablar, dar respuestas, anticipar estrategias y manifestar apoyos políticos. Hasta ahora, estos últimos han sido retaceados, al menos públicamente, por los principales partidos políticos.

No conviene electoralmente. Todos sospechan, aún los antikirchneristas más furiosos, que detrás del paro hay intereses que exceden los reclamos gremiales. Es que la campaña hace rato que se largó. Y cada cual atiende su juego, que puede no ser justamente los que impulsan a Moyano y Barrionuevo a tomar estas medidas.

Infonews


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