lunes, 14 de abril de 2014

EL GOBIERNO DE KIEV ANUNCIO UNA OPERACION CON TROPAS CONTRA LOS ACTIVISTAS QUE OCUPAN SEDES OFICIALES EN VARIAS CIUDADES Ucrania lanzó un ofensiva en el este prorruso

Mientras Moscú denunciaba a Ucrania por querer reprimir a los manifestantes, Kiev y sus aliados responsabilizaban al Kremlin de estar detrás de los reclamos separatistas. Los choques dejaron dos muertos en la ciudad de Slaviansk.

Ucrania lanzó una ofensiva militar en el este del país contra insurgentes prorrusos y Moscú respondió llamando a una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ver aparte). El gobierno de Kiev anunció una operación antiterrorista contra los activistas que ocupan sedes oficiales en varias ciudades ucranianas. Y acusó nuevamente al Kremlin por la agitación social. “Se ha vertido sangre en la guerra que Rusia libra contra Ucrania”, afirmó el presidente ucraniano interino, Oleksander Turchinov, en un discurso televisado. Como preámbulo, las fuerzas ucranianas se enfrentaron con activistas armados en la ciudad de Slaviansk, con un saldo de dos muertos, un oficial y un activista.

Grupos de hombres armados, en su mayoría vestidos con uniformes sin insignias, lanzaron anteayer una serie de ataques coordinados en varias ciudades ucranianas mayoritariamente de habla rusa. Mientras Moscú denunciaba a Ucrania por querer reprimir con el ejército –Kiev dio un plazo hasta las ocho de la mañana de hoy para que los activistas depongan sus armas–, entre los aliados de Kiev crecía el temor de que Rusia, que ha desplegado 40 mil hombres en la frontera, aproveche el momento de tensión para ganar terreno.

Es que los incidentes en el este del país recuerdan a los acontecimientos de Crimea en marzo, incorporada a Rusia tras la intervención de grupos de hombres armados sin identificar –militares rusos, según algunos observadores– y un referéndum controvertido. “No dejaremos que se repita el guión de Crimea”, advirtió así Turchinov. El parecido en la forma de operar fue denunciado ayer por el jefe de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y la embajadora estadounidense en la ONU, Samantha Powers, quien amenazó a Rusia con nuevas sanciones. Francia también se pronunció a favor de nuevos castigos en caso de una escalada militar. El canciller de Barack Obama, John Kerry, llamó por teléfono a su par ruso, Sergei Lavrov, para expresarle la “fuerte preocupación” de Estados Unidos y advertirle sobre las eventuales sanciones.

La contraofensiva ucraniana estaba principalmente dirigida contra Slaviansk, una ciudad donde el sábado grupos armados prorrusos se apoderaron de edificios de la policía y de los servicios de seguridad, según Arsen Avakov, ministro del Interior. Avakov anunció en su página Facebook un muerto y cinco heridos entre las fuerzas gubernamentales y un número indeterminado de víctimas entre los separatistas. La agencia Reuters y la cadena Al Jazeera informaron de un muerto entre los activistas. La administración regional elevó el balance de heridos a nueve. Sin embargo, fotógrafos de la AFP apostados en Slaviansk no observaron combates en la ciudad, de 100.000 habitantes, sobrevolada a baja altura por helicópteros militares. Separatistas armados tomaron el control de un puente en la entrada de la ciudad. Elena, una habitante de Slaviansk de 47 años, describió una situación en la que, dijo, la gente espera a que empiece la guerra.

Otro grupo de insurgentes se apoderó de una comisaría y del ayuntamiento de Kramatosk, una urbe vecina, según las autoridades regionales. Ayer se celebraron también manifestaciones prorrusas y otras a favor de la unidad de Ucrania en diferentes ciudades del este, según las autoridades regionales. En Mariupol, en el mar de Arzov, los manifestantes tomaron –sin enfrentar resistencia– la sede de la administración e izaron la bandera de la república de Donetsk.

En Jarkov, gran ciudad del este en la que se registraron disturbios prorrusos, enfrentamientos entre manifestantes de ambos bandos dejaron cincuenta heridos. Tras una primera serie de insurrecciones, grupos de activistas prorrusos proclamaron a principios de abril la independencia de Donetsk, una de las principales ciudades del este del país. Sin embargo, estos manifestantes controlan únicamente dos edificios oficiales de la ciudad. Los activistas prorrusos exigen la celebración de referendos sobre una federalización de Ucrania o sobre la anexión de estas regiones a la vecina Rusia. Kiev se niega y no acepta más que una descentralización. Moscú no reconoce al gobierno interino ucraniano proeuropeo, que llegó al poder tras la destitución a fines de febrero del presidente prorruso Viktor Yanukovich.

Rusia niega estar detrás de las tensiones en el este de Ucrania y su ministro Lavrov repitió el sábado que su país no tiene intención de anexar las regiones orientales de su vecino. En cambio, el Kremlin acusa a Occidente de mostrarse pasivo ante la amenaza de reprimir del gobierno ucraniano. “Actualmente, la posibilidad de evitar una guerra civil en Ucrania depende de Occidente”, afirmó ayer Alexandre Lukashevish, vocero del Ministerio ruso de Exteriores.

A todo esto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, muy preocupado ante los crecientes riesgos de enfrentamientos violentos, pidió a todas las partes ejercer la máxima contención y dialogar para disminuir la tensión. El jueves se reunirán en Ginebra representantes de Rusia, Ucrania, Estados Unidos y de la Unión Europea para hablar de esta crisis, la peor entre el Este y el Oeste desde la Guerra Fría. Moscú pidió además que los prorrusos ucranianos estén representados en las discusiones para que expongan sus intereses legítimos.


SE REUNIO EL CONSEJO DE SEGURIDAD POR UCRANIA

Un diálogo de sordos en la ONU

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunía con carácter urgente al cierre de esta edición –a puertas abiertas– para tratar la situación en el este de Ucrania, informó la ONU. Al ingresar al encuentro, el embajador ruso Vitali Churkin explicó que su país estaba muy inquieto ante declaraciones de Kiev sobre el uso de la fuerza contra separatistas prorrusos. El embajador británico Marl Lyall Grant dijo a su vez que los occidentales esperaban aprovechar la reunión para advertir a Rusia que no tomara como pretexto los acontecimientos en el este de Ucrania para impulsar una escalada militar.

Los diplomáticos del Consejo de Seguridad no esperaban resultados concretos del encuentro, el décimo que sostienen desde fines de febrero. La mayor parte de esas reuniones no han sido más que un diálogo de sordos entre Moscú y los occidentales. “Habrá un constante desacuerdo”, predijo un diplomático occidental. “Los rusos harán valer sus argumentos y nosotros les diremos que esta crisis es manejada por Moscú y que la maniobra es la misma que en Crimea”, dijo esa fuente en alusión a la península anexada por Rusia tras un referéndum considerado ilegal por la Asamblea General de la ONU.

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos negó ayer que exista un riesgo de guerra civil en Ucrania, como asegura Rusia, y aseguró que el aumento de tensiones en el sureste del país no habría ocurrido “sin la desinformación rusa y sus provocadores”. Al tiempo que acusó a Moscú de “sabotaje del Estado ucraniano”. En un comunicado titulado “Ficción rusa: la secuela; diez reclamos falsos más sobre Ucrania”, el Departamento de Estado retomó una fórmula que ya usó el mes pasado para desacreditar las declaraciones rusas que considera falsas, enumerándolas y rebatiéndolas punto por punto.

Entre ellas se encuentra la declaración emitida ayer por el Ministerio ruso de Exteriores de que depende de Occidente evitar una guerra civil en Ucrania, ante el deterioro de la situación en las regiones rusófonas del sureste de ese país. Al respecto, Washington alega que lo que está ocurriendo en el este de Ucrania no estaría pasando sin la desinformación rusa y la acción de sus provocadores que fomentan la agitación, o si una gran fuerza militar rusa no estuviera apostada en la frontera, desestabilizando la situación a través de su presencia amenazante. “Simplemente, no ha habido protestas a gran escala en la región, y las tomas de edificios gubernamentales no han atraído ningún apoyo popular significativo”, afirmó el Departamento de Estado.

La anexión de Crimea por parte de Rusia el mes pasado provocó que la relación de Occidente con Moscú estuviera en su nivel más bajo desde la Guerra Fría.

14/04/14 Página|14
 

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