miércoles, 29 de enero de 2014

El buitre prefiere la disputa

 Por Tomás Lukin
El dueño del fondo buitre NML Capital, Paul Singer, reiteró su rechazo a la propuesta que está elaborando un grupo de grandes fondos internacionales encabezados por Gramercy y Fintech para que todos los holdouts ingresen a un nuevo canje de deuda y desistan en sus demandas contra Argentina. A través de una carta enviada a sus inversores, el multimillonario afirmó que la solución de mercado para la disputa legal es “bizarra e impracticable”.
Para evitar el impacto sobre sus inversiones de un potencial default inducido por la Justicia de Estados Unidos, un grupo de 20 fondos de inversión que reestructuraron sus bonos proponen cederles a los buitres como Elliot una porción del rendimiento de sus bonos. A cambio, exigen que abandonen los juicios contra el país. La cifra ronda los 1500 millones de dólares entre 2014 y 2018. El viernes esos fondos comunicaron que, por ahora, alcanzaron un grado de adhesión del 30 por ciento (necesitan alrededor del 75 por ciento) e informaron que están trabajando con el Deutsche Bank para implementar la oferta. La ambiciosa solución entre las diferentes facciones de acreedores (buitres y “ex buitres”) cuenta con un período de negociación reducido: hasta que la Corte Suprema de Estados Unidos se exprese sobre el pedido de revisión del polémico fallo que debe presentar el Gobierno en febrero.
“La única forma de resolver esta disputa es que Argentina negocie de buena fe con los tenedores de los bonos en default”, sostuvo Singer, que financia a lobbies contra el país como American Task Force Argentina (ATFA). El titular del fondo NML Capital consiguió en 2012 el embargo que retuvo la Fragata Libertad en Ghana y es un habitual crítico de la política económica argentina. “Si el gobierno argentino finalmente hace lo que ha hecho cada soberano con necesidad de una restructuración, que es hablar con sus acreedores, estamos confiados que esta saga puede resolverse rápidamente”, explica Singer, que encabeza el juicio en Nueva York donde, a partir de una forzada interpretación de las cláusulas de los bonos, reclama el pago en efectivo de 1330 millones de dólares.
Los extractos de un correo enviado por el multimillonario estadounidense fueron difundidos ayer por la agencia Bloomberg. Esas declaraciones son idénticas a las difundidas en noviembre cuando se dio a conocer la intención de los fondos Fintech y Gramercy. Para los grandes jugadores que ya ingresaron al canje, la oferta es económicamente atractiva (todos adquirieron sus bonos a precio de remate) y, desde esa perspectiva, no debería importar con quién se negocia. Si así fuera, las declaraciones de los buitres podrían ser parte de la negociación entre las diferentes facciones de acreedores.
Sin embargo, la “racionalidad económica” de la operación no garantiza que los buitres como Singer o Kenneth Dart desistan de sus demandas e ingresen a un futuro canje. En la extensa disputa incide un abanico de variables geopolíticas que exceden a la ecuación de rentabilidad del caso argentino. Si la intención de esos fondos es perpetuar sus abusivas operaciones especulativas y extenderlas hacia potenciales defaults en países europeos, el precedente de una solución de mercado en el caso argentino limitaría sus objetivos carroñeros. En el mismo sentido jugaría el potencial desarrollo de un marco regulatorio para futuras reestructuraciones impulsado por Alemania.

Página12

No hay comentarios:

Publicar un comentario