domingo, 25 de agosto de 2013

La cooperación con el Comando Sur E. J. V. Sur en América latina PARTE II

Las relaciones paraguayo-norteamericanas en materia de seguridad tienen una larga historia y abarcan numerosos aspectos. Paraguay participa en la lucha contra el tráfico de drogas, el lavado de dinero, la trata de personas y, como lo definen documentos oficiales norteamericanos, “para proteger adecuadamente los derechos de propiedad intelectual”. Es parte también del comité “3 + 1” que reúne mensualmente a expertos antiterroristas de Argentina, Brasil y Paraguay con representantes norteamericanos para intercambiar datos sobre la situación en las Tres Fronteras en la región de Iguazú. Paraguay recibe “ayuda para el desarrollo” de EE.UU. desde 1942. En 2006 ambos países firmaron un acuerdo por el cual se canceló la deuda paraguaya con Washington y se transfirieron 7.400 millones de dólares a cambio de que el gobierno paraguayo se comprometiera a conservar y restaurar la selva tropical en el Sureste del país, en la frontera con Argentina. Con este apoyo EE.UU. pretendía proteger el acuífero Guaraní, que tiene su garganta subterránea en la zona, pero no tuvo mucho éxito, si se considera la enorme expansión de la frontera sojera en los últimos años. La Agencia de Desarrollo Internacional (Usaid) norteamericana financia también varios proyectos para “el fortalecimiento de la democracia y de la sociedad civil, el autogobierno local, la reforma del Estado, el imperio del Derecho y la lucha contra la corrupción”. Asimismo interviene en el fomento del crecimiento económico, la protección del medio ambiente y la salud pública. Estos programas disminuyeron su volumen durante el gobierno de Fernando Lugo (2008-12), pero nunca se cancelaron totalmente. El Departamento de Estado, la DEA, el de Justicia (del que depende el FBI), y el del Tesoro (a cargo de la lucha contra el lavado de dinero) asisten técnicamente y entrenan personal paraguayo para el combate contra el narcotráfico y el “terrorismo”. En las informaciones oficiales norteamericanas sobre la cooperación con Paraguay se subraya repetidamente la importancia de la “adecuada protección de la propiedad intelectual”. Considerando el bajo nivel de la investigación científica en Paraguay, este eufemismo refiere claramente al patentamiento de seres vivos por corporaciones multinacionales. Desde 2003, los EE.UU. tienen en Paraguay asesorías jurídicas, presupuestarias e impositivas permanentes para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. El Peace Corps está en el país desde hace 45 años y tiene cerca de 160 voluntarios trabajando en todo Paraguay. Desde hace años el Departamento de Defensa (el Pentágono) asiste técnicamente y entrena a las fuerzas armadas paraguayas. Militares norteamericanos también intervienen en proyectos humanitarios. En julio de 2005 fuerzas especiales estadounidenses comenzaron a reacondicionar el aeropuerto de Mariscal Estigarribia, en el Chaco, construido en 1982. El Acuerdo Militar de Entrenamiento de tropas entre Paraguay y los Estados Unidos prevé la construcción de una base militar capaz de alojar a 16.000 soldados, a 200 km de Argentina y de Bolivia y a 300 de Brasil, con un aeropuerto capaz de recibir B-52, C-130 Hércules, etc. Sin embargo, los gobiernos de Paraguay y de los Estados Unidos siempre negaron la existencia de tal base. No obstante, en septiembre de 2009 el presidente Fernando Lugo canceló los planeados ejercicios militares conjuntos con EE.UU. lo que fundamentó con la oposición de varios países de la región contra las bases norteamericanas. Los militares del Comando Sur también han marcado el territorio que está sobre el extenso acuífero Guaraní. De acuerdo a los informes militares todos los cuarteles paraguayos cercanos a las fronteras están preparados para recibir las tropas de Estados Unidos que incluso han cavado pozos artesanos para agua potable, supuestamente para campesinos, que en realidad éstos no utilizan. La cooperación paraguayo-norteamericana abarca relaciones militares y de seguridad, económicas, políticas y culturales que hacen de todo el país vecino una enorme base estadounidense. ¿Qué es el EPP? E. J. V. Sur en América latina Según una de las fundadoras y principal dirigente del grupo armado, Carmen Villalba, el proto-EPP fue creado en 1992 por jóvenes católicos radicalizados en la lucha contra la dictadura de Stroessner (1954-89) que seguían a Juan Arrom, líder de la Corriente Patria Libre, precursora del partido homónimo. Para recaudar fondos intentaron robar un Banco en 1997, pero fueron descubiertos y seis miembros del grupo fueron presos por dos años, entre ellos sus líderes Alcides Oviedo y Carmen Villalba. Tras salir de la cárcel el grupo secuestró a María Edith Bordón por la que cobraron un millón de dólares. Este secuestro derivó en escándalo político cuando la Policía y la Fiscalía secuestraron y torturaron a los dirigentes de Patria Libre Juan Arrom y Anuncio Martí. Después de liberados, ambos se refugiaron en Brasil donde aún viven. En un enfrentamiento casual en el Departamento de San Pedro, en julio de 2003, la Policía abatió a Germán Aguayo y detuvo a Carmen Villalba, hallando un arsenal de guerra y una lista de personas para secuestrar. Carmen se fugó de la cárcel en junio de 2004, pero fue recapturada un mes después junto con Alcides Oviedo. Ambos fueron condenados por el secuestro de María Edith Bordón y todavía están presos. En septiembre de 2004 fue secuestrada Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas, pero, a pesar del rescate no fue liberada y apareció enterrada en una casa en febrero de 2005. Por este caso se condenó a algunos dirigentes de Patria Libre, pero otros siguen prófugos. En 2006 un campesino denunció haber sido entrenado en 2004 como guerrillero por dos miembros de las FARC en los montes de Canindeyú, en el noreste del país, junto con otras 20 personas. El testigo acusó a Osvaldo Villalba y Manuel Mieres de liderar el grupo. La columna guerrillera se habría trasladado hasta el Departamento de Concepción donde se ocultó en el monte. En abril de 2006 atacó e incendió una comisaría. En marzo de 2008 atacó allí una estancia, dejando un primer panfleto con su nuevo nombre oficial y una proclama revolucionaria contra el uso de agrotóxicos. Se acusa al EPP del asesinato de 17 civiles y 11 policías y de más de una veintena de ataques y quemas en un triángulo de 300 kilómetros de extensión entre los departamentos de San Pedro y Concepción, pero nunca fueron encontrados. En su zona de influencia el grupo habría dictado algunas “leyes revolucionarias”, prohibiendo los desmontes y los agrotóxicos bajo amenaza de muerte que se aplicó a Luis Alberto Lindstron el 31de mayo pasado. Desde su secuestro en 2008 éste pagaba un “impuesto revolucionario”, pero realizó desmontes y fue castigado. Finalmente, la mayor masacre imputada al EPP ocurrió el 17 de agosto pasado en una estancia del Departamento de San Pedro, donde mataron a cuatro guardias de los terratenientes locales y a un agente de policía. Sus líderes se presentan como “guerrilleros”: “el EPP es una organización marxista-leninista, un ejército popular y revolucionario de los pobres, para defenderse de los atropellos y asesinatos cometidos por los matones de ganaderos, sojeros y las fuerzas represivas del Estado”, dice su líder Osvaldo Villalba en un video grabado en el monte que circula en internet. Sobre el EPP hay visiones contrapuestas y ninguna clara. La derecha lo identifica con toda la izquierda y acusa a Fernando Lugo de ser su ideólogo. La izquierda, a su vez, afirma que se trata de un invento del gobierno y los medios, un grupo policial o de narcotraficantes. Luego del primer golpe del EPP a dos días de haber asumido la presidencia, Horacio Cartes y su gobierno, por su parte, los denominan como “criminales terroristas”, figura que se usa en la reciente modificación de la Ley de Defensa y Seguridad y les permite acogerse a la política norteamericana para el continente de “lucha contra el narcoterrorismo”. Con más precisión, en cambio, Vladimir Jara, redactor jefe de Radio 1 de Marzo en Asunción, asimila al EPP con los ejércitos criminales brasileños, que surgieron en la lucha contra la dictadura y se convirtieron en bandas de narcotraficantes. Por fin una explicación lógica. 25/08/13 Miradas al Sur

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