martes, 30 de julio de 2013

Alicia Eguren resulta precursora respecto de las figuras de mujeres militantes”

Eduardo Jozami recuerda en este texto la figura y la militancia de Alicia Eguren, referente insoslayable de la militancia revolucionaria en Argentina. Por Eduardo Jozami l En la Argentina de los años 40 y 50, Alicia Eguren resulta en buena medida precursora respecto de las figuras de mujeres militantes que habrán de conocerse en las décadas de 1960 y 1970. Por su radicalización ideológica, por su concepción de la militancia y sobretodo porque su personalidad desbordante la llevaba a ocupar posiciones distintas al lugar subordinado que entonces se asignaba a la mujer. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, de formación católica, durante el primer gobierno de Perón dirigió la revista Sexto Continente –en la que participan diversos sectores del nacionalismo peronista y se advierte una interesante recepción del pensamiento latinoamericano- y publicó libros de poemas, una obra de teatro y un ensayo sobre Juan Bautista Alberdi. Desde 1955 su vida se liga con la de John William Cooke con quien conforman una pareja política en la que se diferenciaban netamente las dos personalidades, quizás complementarias: amigo de las afirmaciones rotundas y los compromisos políticos fuertes, el gordo Cooke tenía, sin embargo, cierta bonhomía que suavizaba las relaciones y facilitaba los acuerdos; no era esa la característica de Alicia, personalidad atractiva y seductora a la que asocio en mi recuerdo con las definiciones tajantes. Cooke murió en 1968, año de definiciones para los sectores combativos del peronismo porque entonces comienza a gestarse el reagrupamiento que en el movimiento sindical llevará a una nueva unidad de la CGT y al debilitamiento de la central que dirigía Raimundo Ongaro. Alicia no participará de esa política y profundizará un perfil crítico que la llevará a relacionarse con otros sectores de la izquierda. Es comprensible que la figura de Alicia haya sido opacada por la de su compañero John William Cooke quien, como se advierte con el paso de los años, se ha convertido en figura emblemática del peronismo revolucionario y es uno de los grandes pensadores argentinos. Pero ella ha sido rescatada en la excelente película de Carlos Castro, Alicia y John y una sala del Archivo de la Memoria en la ex ESMA la recuerda en el lugar en que fue desaparecida. Además, el movimiento de mujeres –a partir del texto de Mabel Belucci y otras contribuciones- viene recuperando todo lo que Alicia significa en la lucha por la igualdad de género y la afirmación del lugar de la mujer. La militancia de los años ’70 implicó un fuerte avance en cuanto que las mujeres se asumieron como sujetos políticos y su participación fue muy alta en todas las organizaciones, incluidas las armadas, aunque éstas no eran ajenas al pensamiento machista dominante en la sociedad argentina. Cuarenta años después, el salto adelante en todos los niveles de actividad –en particular el reconocimiento legislativo en la última década- es notable y es importante reconocer a quienes como Alicia tuvieron ese rol precursor.

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