lunes, 4 de marzo de 2013

UNASUR PARTE III

La Declaración fundacional de San Salvador de Bahía del 23 de julio de 2008, definió el programa: a) establecer compromisos efectivos de acción conjunta de todos los países de América Latina y el Caribe; b) Construir un espacio común donde el cumplimiento de esos compromisos fuese posible; c) Acordar posiciones comunes en los foros internacionales sobre los grandes temas de la agenda global; d) intensificar el diálogo, la interacción y la sinergia entre los procesos regionales y subregionales de integración de América Latina y el Caribe para profundizar la integración y establecer proyectos comunes y complementarios; e) Profundizar la cooperación sur-sur y triangular que potencien la cooperación técnica de los país de América Latina y el Caribe y f) profundizar la coordinación de posiciones para proyectar una visión común de América Latina y el Caribe en diálogos externos. La Primera Cumbre debatió la adopción de posiciones comunes en cuatro grandes temas: la crisis financiera, la crisis energética, el cambio climático y la crisis alimentaria y varios temas conexos. Y se lograron acuerdos precisos en 12 áreas: 1) cooperación entre los mecanismos regionales y subregionales de integración; 2) crisis financiera internacional; 3) energía, 4) infraestructura física; 5) desarrollo social; 6) seguridad alimentaria y nutricional; 7 desarrollo sostenible; desastres naturales; 9) promoción de los derechos humanos y combate al racismo; 10) circulación de personas y migraciones; 11) cooperación sur-sur; 12) proyección internacional de América Latina y el Caribe y diálogo paritario con la Unión Africana, la Unión Europea, la ASEAN y la Liga Árabe. El 6 de noviembre de 2009, en la Reunión de Montego Bay (Jamaica), las naciones de América Latina y el Caribe, luego de examinar los pasos dados desde la Cumbre de San Salvador de Bahía, acordaron un plan de acción para institucionalizar el diálogo entre los organismos de integración, avanzar en la propuesta de reforma del sistema financiero regional y global y de los organismos multinacionales y comenzar unificar las políticas comerciales de defensa de la producción y economía de América Latina y el Caribe. El 23 de febrero de 2010, en Cancun o Caan Cun -lugar de la divinidad maya de la serpiente emplumada, nuevamente un escenario de profunda significación para nuestra historia americana-, a modo de culminación de una primera etapa del proceso iniciado en San Salvador de Bahía, nuestras naciones decidieron la fundación de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC). Y volvieron a definir los objetivos: Traducir, a través de la concertación política los principios y valores de América Latina y el Caribe en el proceso regional y global, de modo sostener posiciones semejantes o únicas en reuniones, conferencias y organismos plurinacionales; Fortalecer los procesos de integración en desarrollo; Exigir que se respeten los derechos de los migrantes en las sociedades de destino como actores políticos, económicos, culturales y científicos, en clara reivindicación de los postulados del Pronunciamiento Popular del 1 de mayo de 2006 en los EEUU; Propugnar una regulación global del sistema financiero, para transformarlo en equilibrado y sostenible y Proponer al Banco del Sur como pilar del proceso de integración regional Porf GB

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