viernes, 15 de marzo de 2013

RUBEN DRI Y BERGOLIO, OPINION

Bergoglio papa, una mala noticia Por Ruben Dri De 1959 a 1979 se vivió una etapa profundamente renovadora en la Iglesia Católica. Juan XXIII, elegido como papa de transición se da cuenta de que era necesaria abrir las puertas y las ventanas de una Iglesia encerrada en sí misma, y decide convocar a un Concilio para renovarla y ponerla en consonancia con los grandes problemas del mundo moderno. Se vive entonces una verdadera primavera en la Iglesia que de una fortaleza encerrada en sí misma se transforma en un espacio abierto en el que surgen poderosas corrientes renovadoras que en América Latina se muestran con una gran fuerza que despierta esperanzas de liberación en los sectores populares. La Iglesia a cuyo frente estuvieron los dos últimos pontífices, Juan Pablo II y Benedicto XVI, por el contrario, se construyó como una vuelta a la Iglesia sacerdotal del poder. Todos los cardenales que tenían la posibilidad de formar parte de los electores del próximo Papa fueron elegidos por los dos últimos pontífices, de modo que nunca hubo la posibilidad de la elección de un candidato con un proyecto de Iglesia diferente al que conocemos. En este sentido, la elección de Bergoglio es más de lo mismo. Es la misma Iglesia de poder que se construyó en contra de la Iglesia de servicio que se había construido con el Concilio Vaticano II. En ese sentido, cualquiera haya sido el elegido, la noticia no podía ser buena para quienes seguimos pensando en una Iglesia parecida a la que se construyó en le época del Vaticano II. Muchas veces se ha expresado que sería bueno que se eligiese un papa perteneciente a América Latina o, en general, al Tercer Mundo. Pero lo que importa no es a qué país o continente pertenezca el Papa, sino cuál es el proyecto de Iglesia con el que llega al Vaticano y en ese sentido, la elección de Bergoglio no significa otra cosa que la legitimación de la Iglesia sacerdotal del poder que conocemos, realizada desde el tercer mundo. Es como la legitimación de la dominación que realiza el mismo dominado, fenómeno de sobra conocido. Para nuestro país, por otra parte, esta elección tiene consecuencias preocupantes. Son conocidos los conflictos que el proceso del proyecto nacional y popular liderado por el kirchnerismo ha tenido con la jerarquía eclesiástica en los temas que la Iglesia siempre ha considerado como propios como son la educación, el matrimonio, la familia y, en general, todo lo que tiene que ver con los aspectos sexuales. Está todavía fresco el enfrentamiento a raíz de la lucha por la Ley del Matrimonio Igualitario que el actual Papa presentó como una guerra de Dios, retrotrayendo el problema a las etapas más oscuras de la Inquisición y no mucho más lejos su actuación durante la dictadura cívico-militar genocida. La Iglesia sacerdotal del poder hace mucho que ha dado la espalda al proyecto de liberador de Jesús de Nazaret. Todas las proclamas de humildad que se hacen desde el poder y la riqueza que muestra el Vaticano no hacen más que sonar a falso. 14/03/13 Tiempo Argentino gb

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