lunes, 4 de marzo de 2013

PERON Y LA CLASE MEDIA

La justicia Social llegará a la clase media argentina 28 de julio de 1944 La inserción de Argentina en el mundo. Las clases sociales y sus diferencias: obreros y clases medias. Nuestra Historia y el presente. “Continúa después el contenido histórico y político internacional, que dice: . En este sentido, tampoco hemos faltado a la promesa.” “El problema argentino no es un problema aislado. El problema ar¬gentino es un problema del mundo. Y si no, bastaría mirar a los cinco con¬tinentes y pensar si alguno de todos esos países tiene menos problemas que nosotros. Esta tierra, en la que se suele afirmar que Dios es criollo, debería dar gracias, a la Providencia, porque creo que en este momento no hay ya un solo país en el orbe que pueda ser mas feliz que nosotros”. “Nuestra Nación como todas las naciones nuevas, entronca política¬mente con un patriciado poseedor de todas las virtudes que siempre tienen los patriciados forjadores de nacionalidades. El nuestro, indudablemente virtuoso, se formó desde abajo, y desde allí formó la Nación. Después, la sucesión del gobierno de la cosa pública fue pasando a otras manos, quizás descendientes del patriciado, pero que, por la acción del tiempo y de la molicie, habían perdido las grandes virtudes de sus antepasados. Como en todos los patriciados que entregan a sus descendientes el manejo de la cosa pública, éstos se convirtieron en una oligarquía. El panorama político, visto en síntesis, presentaría esa oligarquía en la siguiente forma: un joven que recibió dos o tres estancias, un palacio en la calle Florida y el manejo de la cosa pública. Vendió la primera estancia. Se fue a París. En Montmartre liquidó la otra estancia; y cuando ya no tenía haberes, volvió al país; hipotecó primero su palacio, y luego lo vendió. Cuando ya no te¬nía nada que vender, comenzó a vender el patrimonio de todos los argenti¬nos. Éste es, un poco escuetamente presentado, el panorama de nuestra evolución. Si en 1810 fuimos libres políticamente gracias a esos héroes que siempre recordamos, no podemos afirmar lo mismo de los que les sucedieron que, lejos de conquistar nuestra independencia económica, han perdido el tiempo y nos han entregado a una situación de verdadero colo¬niaje como nunca el país había soportado antes. Podemos decir que esta oligarquía, servida por hábiles políticos, no solamente cometió el delito contra el país, sino algo más grave aún: tuvo sojuzgadas numerosas generaciones de argentinos, a los que disoció en sus verdaderos valores. Esos hombres son los políticos a su servicio. Cuando algún joven de la clase media, génesis, sin duda, de los mayores valores de la población argentina, salía con talento, lo atraían a su lado, "le pisaban el pantalón" para que no se fuera y lo ponían a trabajar para ellos o para su partido y no para el país. Y si ese joven era independiente y tenía carácter suficiente para levantarse contra ellos, entonces le trazaban una cruz y lo mandaban a un pequeño empleo sin importancia, a pasar su vida hasta morir, sin po¬der progresar, aun cuando tuviera los mayores méritos. Es decir que ade¬más del delito de haber gobernado mal, de haber entregado las riquezas del país, anulaban a los hombres que eran los únicos que podían haber desarrollado su mentalidad y adquirido el derecho que toda democracia bien organizada da a sus hijos: el de tomar el manejo de la cosa pública cuando se es más capaz que los demás. Así se formó nuestra clase media con un complejo de inferioridad, porque no tuvo nunca oportunidad de actuar. Así se formó ella, sin un contenido social. Habrán observado ustedes que el obrero no va a pedir un aumento de salarios para él, sino para todos los de su gremio. El hombre de la clase media no va a pedir nunca para los de su gremio. Va a pedir solamente para él. Eso es lo que la ha debilitado. Y eso no es obra de la clase media, sino de nuestro sistema político, que ha empeñado la fuerza y el manejo de las agrupaciones humanas del país en una sola dirección: exclusivamente hacia el provecho de un círculo reducido de hombres, y no para todos los argentinos.” GB

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