sábado, 2 de marzo de 2013

EL AHOGO FINANCIERO YANQUI

El divorcio político ahoga a Estados Unidos Por Yolanda Monge - Washington | El País Que la última reunión mantenida por la mañana para evitarlo durase menos de una hora dio la pauta de lo que estaba por llegar cuando el presidente compareció luego ante la prensa para calificar de “tontos” y “arbitrarios” los recortes automáticos al presupuesto federal –conocidos como ‘secuestro’– por un total de 85.000 millones de dólares que debían de entrar en vigor a lo largo del día de hoy ante la incapacidad de un acuerdo entre la Casa Blanca y los legisladores de ambos partidos en el Congreso. Desde el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca, un combativo Barack Obama ha llegado a decir que él no era “un dictador”, sino “el presidente”, ante la insistencia de algunos reporteros de por qué no había hecho más –como por ejemplo, “encerrar a los líderes del Congreso en una sala hasta que hubiera acuerdo”, en boca de la periodista de CNN–. “Yo no puedo ordenar lo que hay que hacer, es un problema de responsabilidad de cada uno”, ha explicado Obama informando que no iba a dictar al servicio secreto que bloquease la puerta de salida a nadie. “No puedo forzar al Congreso a que haga lo correcto”, ha proseguido Obama bromeando que no tenía el poder mental del Jedi. El presidente ha culpado a los republicanos y así quedaba cerrado el cruce de acusaciones que había abierto minutos antes el líder de la Cámara, el republicano John Boehner –la culpa es del presidente por “insistir en que el aumento de los impuestos a las rentas más altas sea parte del acuerdo”-. Utilizando su habitual ‘déjenme ser claro’, Obama ha asegurado que nada de lo que estaba pasando era “necesario”. “Ocurre lo que ocurre porque así lo han decidido los republicanos del Congreso. No deberíamos de estar haciendo recortes tontos y arbitrarios”. Creado en julio de 2011 por políticos desesperados en Washington durante la negociación del techo de la deuda de aquel verano –de aquellos polvos vienen estos lodos- para obligarse a encontrar una solución inteligente a los recortes –¡¿quién pensaba que se llegaría hasta aquí sin acuerdo?!–, el famoso ‘secuestro’ se convirtió ayer en parte de la ley del país hasta el 27 de marzo, día en que el Gobierno se queda sin fondos y podría entrar en bancarrota –otra fecha que se puso a última hora en febrero dilatando una crisis que agota a todo el mundo y a la que no se ve final–. “No podemos seguir gestionando el país mes a mes, crisis a crisis, debemos solucionar el tema del presupuesto para los próximos meses y los próximos años”, ha dicho el presidente. “Con esto no gana nadie”, ha proseguido Obama en su comparecencia. “Esto es una pérdida para el pueblo norteamericano”. La letanía ha seguido y seguido y no ha parado hasta que el presidente decidió que había que bajar una nota el catastrofismo y ha anunciado que lo que estaba por venir no era “el apocalipsis”, como ha dicho “alguna gente”. “Es tonto y va a hacer daño. Va a dañar a individuos en particular y a la economía en general”, ha informado el mandatario, que ha advertido de que la falta de acuerdo supondrá la destrucción de 750.000 empleos y costará un punto al crecimiento del país. “Puede que personas como Michael Bloomberg no noten la reducción de fondos, pero este fin de semana, cuando se marchen los legisladores del Congreso, el personal de seguridad y de limpieza sí van a empezar a sufrirla". Boehner ha tomado un avión tras finalizar la reunión de la mañana rumbo a su casa en Ohio y una vez más quedaba escenificada la inmensa brecha entre republicanos y demócratas a la hora de conjugar el modelo de sociedad que desean para EEUU. El principal escollo de las negociaciones está en que los republicanos consideran que el gasto del Gobierno es excesivo y hay que recortarlo más, mientras los demócratas persiguen una reforma fiscal para aumentar los ingresos del Estado a la que los conservadores se oponen. “La discusión sobre los ingresos, en mi opinión, ha terminado. Se trata de asumir el problema del gasto”, explicó a los periodistas Boehner, al término de la reunión de la mañana con Obama. Cansado de la ingobernabilidad a la que el manejo partidista de los presupuestos del país a conducido el país, Obama ha dejado saber que “la reducción del déficit es parte importante de nuestra agenda, pero no la única”. El presidente ha prometido que “el estancamiento político” en torno al tema presupuestario no va a impedir que siga trabajando con los republicanos en otras áreas, como el control de armas y la reforma migratoria. Por primera vez desde la anterior crisis de final de año, el presidente se reunía esta mañana con los cuatro líderes del Congreso –Boehner; el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid; la líder de la minoría en la Cámara, Nancy Pelosi; y Mitch McConnell, líder de la minoría en el Senado-. Pero el solo hecho de que el encuentro se programase para el mismo día en que los recortes debían de entrar en vigor –y con la mitad del Congreso ya de fin de semana- no podía hablar más claro de lo que iba a pasar. Adelante ‘secuestro’, pase hasta el fondo, nadie lo quiere y sin embargo aquí está. Todas las claves del ‘secuestro’ EE UU acordó reducir su presupuesto federal en 1,2 billones de dólares durante la próxima década. ¿Por qué el ‘secuestro’? La Constitución de Estados Unidos exige al presidente enviar su propuesta de los presupuestos federales cada año al Congreso, que deberá ratificarlos en forma de ley. Si carece de mayoría en el Congreso, el partido en el poder, debe ponerse de acuerdo con la oposición para sacarlos adelante. En la actualidad, la Casa Blanca necesita un pacto con el Partido Republicano, que dispone sólo de la mayoría en la Cámara de Representantes. La falta de consenso llevó en 2011 a crear la figura del ‘secuestro’ como medida de presión: recortes automáticos por valor de 1,2 billones de dólares. La Administración Obama accedió pensando que la cifra obligaría a los republicanos a negociar, pero no ha sido así. ¿Cuándo empiezan los recortes? Obama tenía que firmar este viernes la orden para autorizar los recortes automáticos de 85.000 millones de dólares en programas repartidos en varias áreas, desde educación a defensa o sanidad. En total, las arcas federales deberán gastar 100.000 millones de dólares menos este 2013, entre el 8% y el 9% del presupuesto federal. Esto se podrá evitar si demócratas y republicanos alcanzan un nuevo acuerdo. La fecha límite es el 27 de marzo, cuando está previsto que el Gobierno agote su financiación. ¿Cuáles son las áreas más afectadas? Más de la mitad de la reducción del presupuesto, un total de 55.000 millones de dólares, deberá acometerse en el Departamento de Defensa. Esto no afectará directamente al salario de los miembros del Ejército, aunque sí eliminará algunos de los beneficios de los que disponen, como pólizas de seguro o planes de pensiones. Según el presidente, el ‘secuestro’ ya ha impedido la flota de un portaaviones hacia el Golfo Pérsico por temor a no poder financiar el total de la misión. El resto será aplicado a la sanidad, con un recorte de 11.000 millones de dólares en el programa Medicare, que cubre los gastos médicos de personas de la tercera edad; 1.600 millones de dólares para investigación en el Instituto Nacional de Salud y más de 300 millones del Centro de Prevención y Control de Enfermedades. El sistema público de becas para estudiantes perderá 725 millones de dólares y, en total, el gobierno estima que desaparecerán 750.000 puestos de trabajo vinculados al funcionamiento de la administración. ¿Qué Estados perderán más dinero? Dado que la mayoría de los recortes afectan al Departamento de Defensa, aquellos Estados donde están situadas las bases militares, así como el Pentágono, sufrirán antes el impacto del ‘secuestro’. En la Base de Pearl Harbor, Hawai, pueden desaparecer los empleos de 19.000 profesionales, según advirtió el gobernador del Estado. La reducción de la parte del presupuesto que cada uno de los Estados recibe de las arcas federales y que permite subcontratar servicios a terceras empresas también obligará a destruir puestos de empleo. Según un estudio realizado por el Centro Pew, los Estados más afectados, teniendo en cuenta la relación entre la reducción de ayudas y su PIB, serán Dakota del Sur, Illinois, Georgia, Tejas y Tennessee. En otros, como Ohio, el ‘secuestro’ podría poner en peligro el trabajo de 350 profesores y su atención a 43.000 alumnos, de acuerdo con datos de la Casa Blanca. ¿Cuál es la solución? El presidente Obama quiere aprobar un nuevo presupuesto antes del 27 de marzo, cuando está previsto que el Gobierno agote su financiación. Miembros de ambos partidos han declarado estos días que confían en alcanzar un acuerdo que logre reducir el presupuesto federal en cantidades similares a las que impone el ‘secuestro’, pero mientras que los demócratas quieren conseguirlo incrementando los impuestos de los ciudadanos con mayor nivel de ingresos, los republicanos apuestan por recortes a los programas públicos del gobierno. El País GB

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