viernes, 22 de febrero de 2013

EL METROBUS

Camps: “El Metrobus se recomienda en áreas periféricas y trazados largos” El legislador socialista explica que la controversial obra sobre la avenida 9 de Julio afecta la calidad del medio ambiente y avanza sobre una zona histórica sin que sirva para mejorar significativamente la forma en que viajan los porteños. A los 19 años se afilió al Partido Socialista: fue dirigente de la Federación Universitaria Argentina, de las Juventudes Políticas Argentinas durante la dictadura, y se postuló en distintas candidaturas. Se especializa en la defensa del medio ambiente y la protección del espacio público. Como legislador del Partido Socialista Auténtico en Proyecto Sur, Adrián Camps integra las comisiones que se ocupan de esos temas. En esta oportunidad, explicó a Diario Z sus puntos de vista sobre el metrobús y la política de tránsito. ¿Se opone a la construcción del metrobús en la 9 de Julio? Me opongo a la construcción en los términos en los que está planteada. En primer lugar, no es un metrobús. Lo que se está haciendo es destruir la 9 de Julio para hacer un carril exclusivo de colectivos. ¿Por qué no es un metrobús? La ley que aprobó la Legislatura establece un sistema distinto del transporte de colectivos común, que se plantea como un medio no contaminante, con vehículos articulados. Además, establece que la Ciudad monta la infraestructura y licita el servicio a través de una ley. El llamado Metrobús de la 9 de Julio no reúne ninguna de esas características. Esto es un carril exclusivo, y como carril exclusivo se resolvía perfectamente usando las calles laterales. El tema no es metrobús sí o no, sino metrobús dónde, a qué costo y en qué condiciones. Si alguien me pregunta si estoy de acuerdo con el ferrocarril, yo digo que sí. Si me dicen que van a levantar la Plaza de Mayo para poner una estación de ferrocarril digo que no, que pongan la estación de ferrocarril en otro lado. Esto es lo que pasa con el Metrobús. No hay ninguna justificación técnica como para hacer semejante desastre. ¿Por qué sería mejor hacer carriles en las calles laterales? Porque no se destruye la avenida. La 9 de Julio tiene un importante contenido simbólico. Está el obelisco, que es el emblema de nuestra ciudad internacionalmente, está la Plaza de la República, donde están fijados los escudos de todas las provincias, el escudo nacional y el mapa del territorio, y están las plazoletas que llevan los nombres de las provincias. Por otra parte, la zona céntrica no tiene suficiente arbolado. Los espacios verdes de la 9 de Julio tienen un papel desde el punto de vista ambiental, porque oxigenan la ciudad, atenúan los ruidos, disminuyen la contaminación, mejoran la cuestión de las inundaciones al atenuar la caída del agua. A lo que debemos agregar su belleza como paisaje. No tiene sentido destruir todo si se puede resolver de otra forma. ¿Cuál es entonces la intención del Gobierno de la Ciudad? Es un gigantesco negocio, como ya ha ocurrido en otros casos. ¿En cuáles? Por ejemplo en el de los llamados sapitos, los túneles bajo nivel en las vías del ferrocarril. El argumento oficial era que se los hacía para eliminar las barreras ferroviarias, mejorar la frecuencia de los trenes, evitar accidentes. Y después resultó que los sapitos estaban programados en donde no había barreras. No tuvieron forma de explicar por qué iban a hacer esto, por eso la Justicia les dio la razón a los vecinos en numerosos casos. Los sapitos que sí se autorizaron se construyeron para eliminar barreras, algo que me parece correcto. Con respecto al metrobús, hubo denuncias de que existen sobreprecios, ¿Qué información tiene al respecto? El dato es concreto: el metrobús de Juan B. Justo costó 12 millones y medio de pesos por kilómetro, y para el de la 9 de Julio están presupuestados 55 millones. Si bien han pasado un par de años y puede haber una diferencia inflacionaria, los números no cierran. Hay una gigantesca transferencia de fondos, que la Ciudad no tiene sino que pide prestados, para hacer una obra que se hacía con costo cero. ¿Esta obra mejora la manera en la que viajan los porteños? Ese es el otro tema. El metrobús de la 9 de Julio prácticamente superpone la traza con la Línea C. En el mundo hay consenso en que el subterráneo es el mejor medio de locomoción, fundamentalmente en las zonas céntricas de las ciudades. El metrobús es una solución de segundo nivel, que se recomienda para áreas periféricas, para trazados largos. En el caso del metrobús de la 9 de Julio, la relación costo beneficio no cierra. ¿Podría aumentarse la frecuencia de la Línea C? Sí. También está lo que se llama transporte combinado, es decir que el mismo boleto sirva para el colectivo y el subte. Ésa sería una política correcta. Por otro lado, si se quiere tener una política en superficie, hacemos carriles exclusivos. Pero aquí el objetivo es la inversión, ¿desde cuándo el macrismo tiene interés en que los usuarios ganen 15 minutos, cuando tienen cerrada la Línea A dos meses? ¿Se justifica esto cuando lo puedo resolver por otro método más barato? Lo que ocurre es que ese “otro método” lo que no permite es gastar 166 millones de pesos ni hacer una inauguración. ¿Qué intervención podía tener la Legislatura? El gobierno necesitaba una ley de la Legislatura para destruir todas las plazoletas centrales, una ley que no existe. Las plazoletas son Urbanización Parque, que es una categorización del Código de Planeamiento Urbano. Allí se pueden hacer obras que complementen el uso: poner bancos, juegos para chicos, aparatos para hacer ejercicio físico, no un Metrobús. Por otra parte, la ley del año 2008, que crea el sistema de Metrobús establece que el servicio se concesiona. En este caso no hay ninguna concesión, las líneas de colectivo son las mismas que estaban antes. Para modificarles el recorrido es necesaria una autorización de la Secretaría del Transporte del gobierno nacional. Presentó un proyecto para declarar Área de Protección Histórica a las plazas, plazoletas y canteros de la 9 de Julio, ¿para que serviría? Aumenta la protección de esos espacios, y esto obliga a un debate previo si se va a modificar algo. El problema con la Urbanización Parque es que cada uno la interpreta como le parece. ¿También objeta el metrobús que unirá Puente la Noria con Constitución? Ha habido quejas por el mismo tema que en la 9 de Julio, pero el problema no tiene la misma dimensión. Yo no estoy de acuerdo con que levanten ningún espacio verde ni ningún árbol, pero una cosa es sacar parte del arbolado del Parque Roca y otra en la 9 de Julio. ¿Cómo evalúa que el gobierno haya desistido construir la estación en Plaza Francia? Participé junto con la organización Basta de Demoler de la lucha para que no hicieran la estación allí. El gobierno de Macri viola permanentemente la ley y después, cuando los ciudadanos apelan a la Justicia, dicen que quieren entorpecer la gestión. Y los que entorpecen la gestión son ellos. Lo mismo pasó con los estacionamientos subterráneos de Parque Las Heras, que está legislado que es un lugar de patrimonio arqueológico. ¿Qué concepción del espacio público tiene el PRO? El espacio público para el macrismo es lisa y llanamente una oportunidad para hacer negocios. Hacen obras donde se puede gastar dinero y se puede inaugurar, y el resto lo abandonan. ¿Qué armas tiene la Legislatura para impedirlo? Para el macrismo la Legislatura es el órgano que convalida sus negocios, independientemente de que haya diputados honestos, que han presentado leyes buenas. Más allá de eso, cuando se trata de imponer proyectos importantes para el Ejecutivo, se disciplinan. ¿Cómo describiría la política de tránsito y transporte? Es bastante errática. El transporte se resuelve con los subterráneos. El macrismo prometió hacer 10 kilómetros por año y no ha hecho nada. El problema que no tiene solución con el transporte en superficie. En la Ciudad el 70% de las personas se moviliza a través de los servicios públicos. Sólo el 30% usa el auto, y eso satura todas las calles. Lo correcto es desalentar el uso del auto, pero no hay una política para eso. La pelea no es subterránea En marzo se avecinan fuertes debates por las tarifas y las obras del metrobus. ¿Cuánto costará el boleto de subte? ¿Y los peajes? ¿Por qué Juan Pablo Piccardo discontinuó las obras de la Línea H en Recoleta a pesar de haberla defendido a capa y espada? ¿Por qué se niegan a llevar la Línea H hasta la Villa 31, como propone Rafael Gentili? ¿No sería un paso hacia la urbanización de las villas (que el Pro traba hace dos años)? La olítica de transporte del macrismo es al sentido común lo que meter dos dedos en un toma corriente con fines energizantes. Por ahora son cuestiones sin respuesta. Muchas saldrán a la luz en las audiencias públicas previstas para el 1 de marzo. Ese día no sólo comenzará el período de sesiones ordinarias del Congreso; comenzarán también a despejarse las dudas que viene sembrando Macri, quien discontinuó por 60 días la Línea A y de un día para el otro quebró la parsimonia del verano porteño, abriendo paso a la pista del Metrobus de la 9 de Julio, razón por la cual acredita ya sospechas de sobreprecios, destrucción del paisaje, tala de árboles. Y ocupación del espacio con más y más cemento. Está claro que el macrismo no piensa bajarse ni rever la obra, que compara con megamonumentos de París. Eso dijo al menos el subsecretario de Transporte, Guillermo Dietrich, en una columna publicada por La Nación. Para él, las obras en la Nueve de Julio son similares a la construcción de la Torre Eiffel o la Pirámide del Louvre. Entretanto, en la Legislatura la oposición se apresta a dar batalla contra lo que caracterizan como irracionalidad del partido gobernante. El Frente para la Victoria ya denunció que las obras del Metrobus parecen responder más a un negocio que a una debida planificación urbana. “Se podría haber construido por las calles interiores”, se quejan sin resultado. Es que la obra implica tres kilómetros de carriles exclusivos con un costo final de 166 millones de pesos. Pero antes de comenzarla, durante las discusiones previas, Dietrich la había presupuestado a un costo de 12 millones de pesos por kilómetro. Pero la construcción costará 130 millones de pesos más. Mientras el macrismo insiste con que el precio del pasaje pasará a costar 3,50 pesos, la interna por la extensión de la Línea H va creciendo. Juan Cabandié y Juan Carlos Dante Gullo acusaron a María José Lubertino de operar a favor del Pro. Ocurre que el kirchnerismo ve con buenos ojos la propuesta de Gentili (que prevé para la Línea H una extensión de 14 kilómetros jalonados por 17 estaciones, desde Nueva Pompeya hasta Retiro y a la Villa 31) mientras que la ex responsable del Inadi concuerda con el Pro con la idea de llevar el subte a la Facultad de Derecho y de ahí a Retiro. Va a estar bueno Buenos Aires. Sobre todo, el primero de marzo. Fuente: Diario Z gb

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