jueves, 6 de diciembre de 2012

Felipe Vallese, desaparecido por fuerzas policiales en agosto de 1962 PARTE I

“¡Papá, me matan!”



Por Francisco José
Pestanha
Profesor titular
del seminario
“Pensamiento Nacional
y Latinoamericano” de la
UNLA




“Los hombres, los pueblos, las sociedades, nunca
pueden ser considerados como las letras de una
expresión algebraica, porque siendo la esencia
del hombre la espontaneidad y la libertad, resulta
forzosamente que la consecuencia es la variabilidad
hasta lo infinito. Por eso son falsos la mayor parte de
los sistemas históricos que se han construido sobre
una base exclusiva”.





Alejo Peyret
La desaparición de Felipe Vallese, trabajador metalúrgico y militante de la Juventud Peronista, ocurrida el 23
de agosto de 1962, no solo constituyó uno de los acontecimientos más sombríos de la historia política argentina
del siglo pasado, sino también el indicio de un dispositivo represivo que, décadas después, sería asumido por el
Estado para neutralizar diversas experiencias de organización popular. En su legendario libro “Felipe Vallese:
Proceso al sistema”, Ortega Peña y Duhalde trazarán un interesante paralelismo entre tal dispositivo y aquel
al que apeló el centralismo oligárquico conducido por Bartolomé Mitre para exterminar las “hordas vandálicas”,
a través de las cuales se expresaba política y militarmente la “barbarie” del interior representada por
las montoneras del Chacho Peñaloza y de Felipe Varela.

La guerra de policía será el recurso utilizado, y la transmutación del combatiente a “delincuente”, la operación
para llevarla a cabo. Vallese, desaparecido por fuerzas policiales, fue para los autores un “vándalo que
quería cambiar la semicolonia en que vivimos por una Patria”. Era un “vándalo” porque era un integrante de
la Juventud Peronista, era un “vándalo” porque era un trabajador metalúrgico”
1. Era un vándalo porque era un
descamisado, agregamos
2.

En rigor de verdad, como sostiene Roberto Bardini
3, durante el siglo XX otro luctuoso acontecimiento obró
como antecedente de tal dispositivo. Juan Ingallinella, médico santafesino y militante de un sector del Parti-
1 Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo: “Felipe Vallese:
Proceso al sistema”. Editorial Sudestada. Buenos Aires 1967. El
texto original fue financiado por la UOM a instancias de A. Vandor.
2 Descamisados: vocablo aparecido por primera vez en el diario
“Crítica” para calificar en forma peyorativa a los argentinos y
argentinas que concurrieron a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de
1945. El apelativo, según Fermín Chávez, proviene de la facción
de partidarios de Rafael de Riego y Núñez y de adherentes a la
Constitución Española de 1812, estimando probable que fuera
una adaptación de los Sans Culottes (sin calzones), sector social
heterogéneo compuesto por los trabajadores, artesanos y pequeños
comerciantes que se alzó contra el régimen monárquico en
oportunidad de la Revolución Francesa.
3 Bardini, Roberto:

do Comunista que, aunque ostensiblemente opositor, se   manifestó expresamente contra la asonada sangrienta
del 16 de junio de 1955 que intentó derrocar a Juan Domingo Perón, fue detenido por fuerzas policiales y
su cadáver nunca fue hallado. El 17 de junio de 1955, Ingallinella había repartido volantes cerca del Frigorífico
Swift en la zona sur de Rosario. Por la tarde “...tres policías al mando del oficial Telémaco Ojeda llegaron
a pie a su casa y lo detuvieron junto con su cuñado, Joaquín Trumper”
4. Llevado a la Jefatura de Policía fue
brutalmente torturado con picana eléctrica por el comisario Francisco Lozón y otros policías hasta que murió
de un paro cardíaco. Tenía en ese entonces 43 años. Su cuerpo fue presumiblemente arrojado al río Paraná. La
desaparición de Ingallinella dio origen a un sumario judicial iniciado en agosto de 1955, y casi inmediatamente
comenzó el proceso a los policías involucrados. La verdad de los hechos pudo obtenerse merced a la defección
de Rogelio Tixe -uno de los participantes en el secuestro- quien rompió el silencio. Corría el mes de marzo de
1961 cuando el Juez Juan Antonio Vitullo, según Bardini,
condenó a Lozón, Monzón y Tixe a prisión perpetua, y a Serrano a dos años de prisión. Posteriormente
fueron rebajadas las penas de los condenados a prisión
4 Bardini, Roberto: “Réquiem para Juan Ingallinella”.
Op.cit.

perpetua: 20 años en el caso de Lozón, y 15 años para los otros policías. Aún así, el crimen no quedó impune.
Felipe Vallese había nacido en 1940. En 1958 será designado delegado por la Unión Obrera Metalúrgica en la
fábrica TEA SRL (Fábrica de Transfilación y Esmaltación de Alambres). Según relató su propio hijo Eduardo
de la Peña, “como delegado su padre consiguió varias conquistas, como hacer respetar los horarios de entrada
y salida, actualizar los jornales, contar con vestimenta y refrigerio, mejorar los sueldos y cobrar en blanco. Pasó
algo curioso: en su primer año de trabajo, los dueños de la fábrica no querían saber nada con mi viejo, lo criticaban
por ponerles a todos los trabajadores en contra. Pero después se dieron cuenta de que las reivindicaciones
a los empleados resultaban beneficiosas, porque la gente, al estar mejor, producía más y el negocio crecía.
Al punto de que cuando lo secuestraron, los jefes de TEA hicieron una conferencia de prensa donde se mostraron
preocupados por el caso, y prometieron guardar su puesto hasta su aparición”
5. Según algunos testimonios
Vallese frecuentará al grupo de Corrientes y Esmeralda
5 “Encontrar a mi vieja es ahora el objetivo principal”: Entrevista
a Eduardo de la Peña. Periódico “Tiempo Argentino”, edición del
14 de septiembre de 2012. http://tiempo.infonews.

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