lunes, 17 de diciembre de 2012

EL LOBBY DE LA POLVORA, WALTER GOOBAR, OPINION



El lobby de la pólvora vela sus armasPor Walter Goobar
wgoobar@miradasalsur.com

Disparos de doble moral.

Con
 
más de 200 millones de pistolas en circulación, con la mayor proporción de pistoleros por cabeza de todo el planeta, es de esperar que en cualquier momento se produzca una tragedia similar a la de Newtown. La duda no es ya cuándo, sino dónde será el próximo tiroteo, patrocinado por la todopoderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), auténtica responsable de la epidemia que causa todos los años más de 30.000 muertes en Estados Unidos, incluidos los suicidios, con las pistolas siempre a mano.

La penúltima lluvia de balas fue en un cine de Aurora, este mismo verano, cuando 12 personas resultaron muertas y 59 heridas en un estreno de Batman. Tiempo antes, en Arizona, uno de tantos perturbados con pistola mató a seis personas y atravesó con una bala el cráneo de la congresista Gabrielle Giffords, que meses antes había presumido ante su electorado: “Tengo un Glock de 9 milímetros y soy muy buena disparando”.

Ahora, como entonces, los lamentos de políticos se estrellan contra esa incultura deviolencia arraigada en la América profunda y alimentada por el lobby de las armas que tiene comprada a tres cuartas partes del Congreso norteamericano, incluido un buen puñado de demócratas.

Pese a los cambios prometidos por Obama, lo cierto es que nunca cambia nada. El NRA invierte más dinero que nunca en la ruleta de la política y logra que se aprueben “leyes de autodefensa”.

Activistas a favor del control de armas lamentaron que Estados Unidos lleva ya ocho masacres o graves actos de violencia en lo que va de 2012 y, pese a eso, el Congreso se muestra reacio a aprobar leyes para restringir el acceso a las armas de fuego. Kristin Rowe-Finkbeiner, directora ejecutiva del grupo MomsRising, preguntó directamente: “¿Cuántas masacres más hacen falta para que nuestros líderes tomen acción?”. “Urgimos al presidente Obama y a nuestros funcionarios elegidos en el Congreso a que respondan a esta crisis de violencia derivada de las armas que infecta a Estados Unidos, y trabajen para prevenir tragedias como ésta en el futuro”, dijo Rowe-Finkbeiner, haciéndose eco de grupos opuestos a la libre venta de armas.

Si bien esta “epidemia de violencia” tiene raíces tan profundas como complejas, ésta crece por la facilidad del acceso a las armas, que varía de uno a otro Estado, aseguran los activistas. En Connecticut, la ley estatal permite armas en las escuelas públicas o privadas siempre que el portador, mayor de 21 años y sujeto a revisión de antecedentes penales, tenga un permiso oficial y también permiso de las autoridades escolares.

En Michigan, una ley estatal aprobada el jueves permitiría por primera vez portar armas ocultas en escuelas públicas, universidades, estadios y otras zonas antes “libres de armas”, pero espera la firma o rechazo del gobernador republicano, Rick Snyder.

Para Ladd Everitt, portavoz de la Coalición para Frenar la Violencia de las Armas, consideró que “es hora de que el presidente Obama hable de este asunto”, con la misma convicción con que defendió los matrimonios homosexuales, y se enfrente a la Asociación Nacional del Rifle (NRA), una influyente organización opuesta al control de armas.

Desde el Capitolio, donde la bandera de Estados Unidos ondea a media asta, los legisladores nuevamente al unísono se solidarizaron con las víctimas y sus familiares, pero muy pocos, entre ellos el demócrata Jerrold Nadler, pidieron restricciones al comercio de armas.

Cada tragedia desde Columbine en 1999 –un total de 28– ha suscitado las mismas reacciones de dolor y de introspección, pero no ha habido avances en el frente legislativo. La actual mayoría republicana en la Cámara de Representantes puede bloquear cualquier reforma legislativa. Los congresistas no han aprobado ninguna ley sobre la tenencia de armas desde 1994 y dejaron expirar en 2004 la limitación de la compraventa de los fusiles semiautomáticos de asalto.

Las sucesivas matanzas no parecen disuadir a quienes defienden la tenencia de armas o que piensan que los tiroteos son “incidentes aislados de personas desequilibradas”, según un estudio de julio pasado del Centro de Investigación Pew. En el año 2000, el 66% de los estadounidenses creía necesario dar prioridad al control de armas por encima de la Segunda Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho a las armas. Este año, sólo el 47% opinó lo mismo, según el Centro.

El lobby de la pólvora tiene la máquina bien aceitada, y por nada del mundo va a permitir que las leyes para reforzar el control de las armas se convierta en un tema de debate real.

16/12/12 Miradas al Sur
 

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