martes, 30 de octubre de 2012

LA GUERRA DEL PARAGUAY, FRENANDEZ MOUJAN, OPINION





“En Paraguay es una herida abierta”
Entrevista con Alejandro Fernández Mouján

(Agencia Paco Urondo)  Alejandro Fernández Mouján es uno de los directores de “Guerra Guasú”, la nueva serie de la TV Pública sobre la Guerra del Paraguay. En esta entrevista nos cuenta los desafíos que enfrentaron para poder narrar este conflicto bélico. “No abandonar el rigor histórico y el rigor de lo documental, pero a la vez hacer una serie que sea atractiva desde el punto de vista televisivo”.

APU: Nos gustaría que nos cuentes desde tu perspectiva cuál es la génesis de esta nueva serie que aborda un momento tan oscuro de nuestra historia.

Alejandro Fernández Mouján (AFM): La serie está producida íntegramente por la Televisión Pública. Se empezó a gestar en reuniones que teníamos Tristán Bauer, que es el presidente de Radio y Televisón Argentina (RTA); Martín Bonavetti, que es el director del canal; Pablo Reyero, que codirige la serie conmigo; Javier Trímboli, que hizo la parte de contenido histórico y yo. Así empezamos a pensar la posibilidad de tocar este tema que es una parte muy importante de la historia de nuestra región y sobre el que no se ha hablado mucho, sobre todo acá. Si bien en Paraguay es algo que está muy presente todavía, en la Argentina no se ha hablado mucho. La Argentina de ese momento, gobernada por Mitre, tuvo un papel bastante lamentable en esa guerra que fue realmente un crimen cometido contra un pueblo. Un pequeño país enfrentando a tres países, dos países muy grandes como Brasil y Argentina y Uruguay.

APU: ¿Por qué te parece que en este momento volvemos sobre esta historia? ¿Qué buscamos en esa guerra del Paraguay para entender nuestro presente?

AFM: Mirá, yo creo que tiene que ver con que hay una preocupación creciente desde hace unos años sobre lo que pasa en nuestra región, tanto desde la creación del Mercosur como de relaciones y los cambios de gobiernos que se han producido en los diferentes países. Y lamentablemente ahora coincide justo con que en Paraguay ha habido un golpe de Estado parlamentario y ha sido destituido el presidente Lugo. Obviamente cuando empezamos la serie no pensábamos que esto iba a pasar. Había una coincidencia en la región y desde nuestra parte, desde lo que nosotros podíamos hacer, tratamos de recuperar esa historia. Lamentablemente, como te decía, el estreno de esta serie está muy próximo al golpe y de alguna manera relacionamos las dos cosas y por eso hemos traído la semana pasada a Fernando Lugo acá, a grabar un programa especial que va a ser emitido como quinto capítulo de la serie.

APU: En cuanto a la realización audiovisual de esta historia noté que trabajaron mucho sobre fotografías. ¿Cómo fue el desafío de enfrentar un trabajo de una guerra, que si bien estuvo muy documentada en su momento -y eso la hace una guerra muy moderna-, cuesta mucho también encontrar archivos?

AFM: Sí, claro. Es el desafío, cuando uno se pone a trabajar sobre estos temas históricos del Siglo XIX para atrás el material documental, desde el punto de vista visual, es poco y por eso muchas veces se recurre a la ficcionalización de la historia. Nosotros en este caso no hicimos eso, sino que por un lado fuimos a los lugares donde transcurrió la guerra a ver qué nos decía la gente que vive en esos lugares, tanto en Paraguay como en Argentina, y también en Uruguay y Brasil. Y, por otro lado, el otro elemento son los registros que hay de esa guerra. Sobretodo de la primera parte de la guerra hay bastante registro. No quiero decir que sea mucho, pero hay registro fotográfico y también está la serie de pinturas de Cándido López de la primera etapa de la guerra, digamos hasta Curupaytí en territorio paraguayo.

Después hay otro material que son los periódicos de trinchera que producían los paraguayos en el frente de batalla. Esos periódicos, sobre todo el Cabichuí, que es el más interesante, ilustrado por grabados en xilografía, o sea grabados sobre tacos de madera que se hacían en el frente de batalla, especialmente en un campamento paraguayo que se llamaba Paso Pucú. Es una colección muy interesante de cuatrocientos grabados y nosotros rescatamos y utilizamos mucho ese material en el documental. Eso es un archivo que está en el Museo del Barro en Asunción. Y después, recurriendo a distintas fuentes de archivos que hay acá, en la Biblioteca Nacional, los museos, el Museo Mitre, el Museo Histórico Nacional, el Museo de Luján. Hemos recorrido prácticamente todo lo que hay registrado de la guerra y si bien no hemos usado todo, sí hemos usado gran parte de ese registro para tratar de dar una idea de ubicación en la época en que esto transcurría.

APU: Es interesante que cuando fueron a los lugares donde sucedió la guerra, la población hablaba de espectros y de los sonidos de esa guerra que todavía escuchaban ¿no?

AFM: Sí, sobre todo en Paraguay está muy presente. En la zona del cuadrilátero, que es la zona donde fueron las batallas más importantes, por un lado hay muchos restos todavía enterrados, se siguen encontrando cosas; y por otro lado, la gente que hace ese trabajo de excavación y que buscan esos restos, que es gente de los pueblos, tienen pequeños museos. En cada pueblo hay como un pequeño museo, algunos en las casas. Esa gente dice que sobre todo en los días de tormenta se escuchan los ruidos de las batallas, el galope de los caballos, los gritos, los cañonazos, la gente lo cuenta muy vívidamente. Incluso algunos han dejado de ir a buscar en algunos lugares porque dicen que hay voces que les hablan, o sea se asustan ante esas presencias tan fuertes. Después hay restos incluso de lo que se llamó la “Diagonal de la sangre”, que es el éxodo del Mariscal López con lo poco que quedaba del ejército paraguayo y con parte del pueblo, desde que abandonan Asunción hasta Cerro Corá en el norte de Paraguay, que es donde matan al Mariscal, el último combate. Bueno, todo ese camino también está plagado de restos. Y lo que tiene de interesante es que toda esta historia está muy presente en la gente que vive en esos lugares. Es decir, la guerra dejó una impronta muy fuerte en la gente, todos tienen algún antepasado que estuvo en la guerra. En Paraguay, en un determinado momento se convocó a toda la población prácticamente…

APU: Claro, una guerra total, ¿no?

AFM: Sí, una guerra total.

APU: Queríamos que nos cuentes el desafío que implica para la Televisión Pública llevar adelante una serie así. Que nos cuentes un poco cómo pensaste en cuanto a lo audiovisual ese discurso televisivo y documental.

AFM: Mirá, nosotros, tanto Pablo Reyero como yo, que somos de alguna manera los dos responsables de llevar adelante la serie, venimos del cine documental y por eso nos interesaba especialmente desarrollar un proyecto documental de esta envergadura. Nosotros habíamos hecho otro proyecto anterior acá en el Canal que se llamó “Huellas de un siglo”, veintiséis capítulos de media hora de historia argentina del siglo XX…

APU: Eso fue en el Bicentenario…

AFM: Sí, eso fue en el Bicentenario. Fue una serie que funcionó muy bien y eso es lo que nos empujó a plantearnos otro proyecto. Hicimos una primera aproximación, dos viajes a Paraguay durante quince días cada uno, fueron dos asistentes nuestros de acá del canal a hacer lo que se llama un scouting o un viaje previo, para registrar los lugares en fotografías o con alguna pequeña cámara de video y entrevistar a la gente. Todo un relevamiento de lo que fue la guerra en Paraguay. Y después mandamos otro equipo a hacer todo lo mismo en las provincias de Entre Ríos, Corrientes, lo que sería Paysandú en Uruguay y Uruguayana en Brasil. Se trabajó mucho, además, en el relevamiento de lo que hablábamos antes de las imágenes. Y una vez que tuvimos todo eso fue que empezamos a planificar la forma que le íbamos a dar y el rodaje, tanto en Paraguay como en Argentina. Siempre con esa fuerte impronta del documental, un poco entre lo televisivo, es decir, la cuestión de que en la televisión hay que manejar de alguna manera un lenguaje, darle un ritmo y un lenguaje, pensando que en parte la televisión te obliga a una especie de competencia en el aire. Y además tiene que ser interesante y tiene que tener un valor histórico. Nosotros le otorgamos mucho valor a que sea un film, algo polémico que puede generar discusión. También el tema de que visualmente, como ritmo, como relato, tenía que ser atractivo para te interese ver eso en televisión y te sientas atraído por una imagen y por lo que se cuenta. O sea, es una conjunción de varias cosas: por un lado, no abandonar el rigor histórico y el rigor de lo documental, pero por otro lado también hacer una serie que a la vez sea atractiva desde el punto de vista televisivo.

APU: Por último te pregunto, en base a la investigación, el viaje y haber estado en contacto con todo el material, ¿cuál te parece que es la actualización más polémica de esta vuelta sobre la guerra del Paraguay? Y ¿qué te parece que ha quedado resuelto de este tema? Está el tema de los límites con el Paraguay, hay como muchas cosas ahí que todavía no están bien discutidas ¿Qué te pareció o qué te llamó más la atención en eso?

AFM: Bueno, por un lado lo que te decía, de que en Paraguay todavía es una herida que está abierta y es muy fuerte, eso realmente es muy impresionante. Ver cómo esa guerra todavía está presente. Y con lo que está pasando hoy es inevitable hacer una relación directa entre las consecuencias de esa guerra que se arrastran hasta el día de hoy, sobre todo en Paraguay. La desigual apropiación de la tierra, la tierra está muy concentrada en muy pocas manos y hay una gran mayoría de campesinos sin tierra, y hay muchos conflictos de tierra. Haciendo el documental nos hemos encontrado con la gente acampando a los costados de los caminos, gente por tomar tierras, sobre todo en la zona que fue más conflictiva, la zona de Curuguaty, que es donde estalló el conflicto que terminó con el golpe de destitución de Lugo.

 Eso es muy impresionante y uno hace la relación inmediata entre una de las consecuencias de esa guerra, que fue el inmediato reparto de Paraguay. Y no sólo Paraguay perdió todos los territorios que tenían en disputa con Argentina y Brasil, que en el caso de Argentina eran parte de Misiones y prácticamente todo lo que es la provincia de Formosa, sino que perdió el Mato Grosso que pasó a ser brasilero y quedó reducido su territorio, perdió como un 40% de su territorio y además no sólo eso, sino que inmediatamente su tierra fue como loteada entre grandes empresas, fue acaparada por grandes empresas brasileras y argentinas dedicadas a la yerba mate, a la madera, a todo lo que fuera extracción de productos de la tierra. Y eso se mantiene hasta el día de hoy. La diferencia es que cuando Paraguay era un país que se planteaba ser un país independiente, desde Gaspar Rodríguez de Francia hasta el Mariscal López, la mayor parte del territorio era propiedad del Estado, existían lo que se llamaban “estancias de la patria” y todo el mundo tenía garantizado el acceso a la tierra. Hoy es totalmente lo contrario, o sea es la relación más directa que puedo encontrar entre el pasado y el presente y es lo que más sorprende, por lo menos es lo que más nos impresionó haciendo este trabajo. 

Agencia Paco Urondo

Prof GB 



No hay comentarios:

Publicar un comentario