lunes, 5 de diciembre de 2011

Conferencia de Estados Latinoamericanos y el Caribe.

CELAC, SXXI, O

"Continuidad de la Doctrina Monroe".

A medida que avanza el siglo XX, la intervención yanqui, cada vez ,mas desembozada, culmina en la "dollar diplomacy", inaugurada a principios de la centuria por Knox, con el sacrificio de Panamá y Nicaragua. En 1909 controlaba Estados Unidos el 75 % del comercio exterior de Máxico. Ya habían sido anexadas, en 1845, Nueva México, Texas, y California. El presidente Hayes expresó el interés de su país sobre el Canal de Panamá con las siguientes palabras:" La política de Estados Unidos exigía un canal bajo la inspección americana y tal inspección no podrá ser cedida por los estados centroamericanos a la inspección de una potencia europea, ni a una reunión de potencias europeas."

América Central asiste entonces, bajo la diplomacia yanqui, a las corrientes separatistas de sus minúsculas repúblicas, pero la tendencia a la unión no se desvaneció nunca. Esta idea viva desde la separación de España, se concretó durante una década, entre 1824 y 1837. Frustrada, se reactualiza en 1876. En 1917, los países centroamericanos vuelven sobre ella y la revoca el poderosos vecino del norte con el chantaje, la extorsión diplomática y el soborno de las mezquinas oligarquías agrarias que neutralizan la voluntad de los pueblos centroamericanos.

No solo Centroamérica entró en la órbita de Estados Unidos. El presidente Jefferson había establecido hasta dónde llegaba el espíritu de la Doctrina Monroe:
" Confieso con candor-dice con cínica insolencia-que siempre he mirado a Cuba como una adición muy interesante que podría hacerse a nuestro sistema de estados. El dominio que con la punta de la Florida, nos daría aquella isla sobre el golfo de México y los países e istmos de sus riberas, así como todas las aguas que se derraman sobre él, colmaría al medida de nuestro bienestar político."

El presidente Roosevelt erigió la doctrina en "la política nacional de Estados Unidos", como la llamara Robert Lasing, con la intervención directa en los asuntos internos de las repúblicas latinoamericanas. Ya no se guardan modales, y se da realidad a las palabras sin trastiendas mentales de Onley, secretario de Estado, con motivo del diferendo sobre la Guayana en 1896, entre Venezuela e Inglaterra: "Los Estados de la América del Sur, como asimismo los del norte son, por afinidad geográfica, simpatía natural y semejanza de las instituciones, los amigos y los aliados comerciales de Estados Unidos. Hoy día, Estados Unidos es de hecho mas poderoso que aquellos en el continente y sus decisiones tienen fuerza de ley en aquellas materias a las cuales consagran su intervención. Existe, por tanto, una doctrina de derecho público y americano bien fundada en sus principios y plenamente sancionada por sus precedentes que otorga a Estados Unidos el derecho de considerar como una injuria todo acto por el cual una potencia europea asuma un control político sobre un Estado americano."

Prof GB

Juan José Hernández Arregui, ¿Qué es el ser nacional?.

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