domingo, 17 de julio de 2011

La batalla contra el enemigo histórico.

El espítiru de la oligarquía.

"El poderío de la oligarquía terrateniente no es exclusivamente material. Su influencia es mas bien impersonal. Penetra como un pólipo todas las instituciones-económicas, jurídicas, educativas, religiosas, militares-y así, este poder incorpóreo impregna y unifica alrededor de su centro organizador, la estancia, la espiritualidad de toda la Nación.
La fuerza de la oligarquía es que como minoría empedernida tiene espíritu de cuerpo. Su conciencia es cerrada, su liberalismo, la máscara fría de su soledad histórica, de al intolerancia frente a todo lo qeu amenaza su estilo de vida. Su experiencia política, en cambio, es rica y múltiple. La negación misma de la improvisación. En actitud defensiva frente al pueblo, sus miembros están estrechamente unidos por un cohesivo sentimiento de clase fundado en la conciencia de la usurpación del poder político.
Este espíritu conservador se alimenta-aunque en última instancia su base sea económica-en ese "miedo a los vivos".
Ese miedo institucionalizado tiene una raíz de clase frente al poder amenazador del pueblo. Cuando mas estratificada es una sociedad-y en los países coloniales las separaciones son muy rígidas-tanto mayor es el temor de las clases altas, y en consecuencia su barbarie política."
( En "La Formación de la Conciencia Nacional, 1930-1960", Hernández Arregui, Juan José, p. 56.)

Mitre, Sarmiento, La Nación, La Prensa, la Sociedad Rural, el Jockey Club, construyeron el mito de la superioridad cultural y de sangre de no mas de 150 familias.
Se apropiaron de la Historia, de la Memoria, del Ser y de la Identidad Nacional.
La Universidad, los Colegios Nacionales ayudaron a formar una "inteligentzia" que desde la década del ' 60 del Siglo XIX y hasta la llegada del peronismo en el año 1945 gobernaron el país.
Con todo su odio de clase por, entre otras cosas, la democratización de la cultura, volvieron en 1955 durante casi 18 años a ningunear y barbarizar al pueblo.

En 1976 prolongaron su fiesta del monstruo.
Hoy, con globos o sin ellos, la batalla cultural, simbólica e ideológica sigue resonando desde el sable de San Martín hasta la Asiganación Universal por Hijo.
Porque les duele que el niño vaya sano a la escuela.
Es justicia y cariño.
No se olvida su escuela.

Prof GB

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