miércoles, 2 de febrero de 2011

Umberto Eco


Es cierto, Umberto plantea que "habiendo desaparecido ese testigo omnipresente, ¿qué quedó? El ojo de la sociedad, de nuestros pares, a los que debemos mostrarnos para evitar hundirnos en el agujero negro del anonimato, en el torbellino del olvido, aunque eso signifique hacer el papel de idiota del pueblo, desvestirse hasta quedar en ropa interior y bailar sobre una mesa en el bar local. Aparecer en la pantalla pasó a ser un sucedáneo de la trascendencia, y, en definitiva, es gratificante".
Ya todos sabemos (sí?) que la mayoría de la gente está dispuesta a hacer cualquier cosa para aparecer en televisión, y Umberto Eco, reflexiona sobre esto ya que el concepto de Dios, "observando" y "sabiendo" todo los que nos sucedía ha desaparecido en grandes sectores de la sociedad.
Dios ya no está para atender nuestras desdichas y pesares, está la t.v.
"Por lo menos alguien nos prestaba atención", ahora el homo (y la mujer) videns reemplazó a ese ser omnisciente, el individuo único e irrepetible, se ha transformado en el lobo mas feroz de su congénere.
El Gran Hermano, tinellización de la noche, enlatados varios, noticieros con la última inundación australiana, cabarets en directo con la nueva estrellita siloconada, Susanas, Mirtas, Longobardis serios y opinadores, Chiches, Negros Oros, toda una doctrina que nos incluye (?), prende y apaga, a dos voces, a una vos, a ninguna.
La t.v., no nos ve, y desaparece apenas la apagamos junto a toda esta parafernalia atea, agnóstica y hereje si de Pueblo se trata.
Ellos son, Nosotros ahí no.
Humanismo y Cristianismo van de la mano, en un Pueblo militante, justo y soberano.
GB

1 comentario: